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Quizás se pregunten qué tienen que ver ahora con el itinerante Petrarca y su
ascensión al Mont Ventoux.
• Pues bien, vemos que el hombre es un ser holístico, lleno de ganas de explorar y
de experimentar. El logro y el esfuerzo físico, los éxitos mensurables, el nuevo
territorio y la sensación de ser el primero en lograr algo: todo esto lo podemos leer
en la carta de Petrarca. Y ciertamente podemos tomar esto como modelo para
nosotros mismos.
• El senderismo y el montañismo no son las únicas actividades en las que se pueden
conseguir objetivos a fuerza de resistencia y de gran esfuerzo. En las que puedes
poner a prueba tus propias fortalezas y habilidades. En las que se pueden hacer
experiencias de autodescubrimiento. La vida misma es una gran montaña que hay
que escalar en diferentes alturas. Por lo tanto, establezcan metas que los lleven a
esas alturas para así alcanzar la independencia y la libertad interior. ¡Tienen sueños,
y estos sueños deben ser las colinas sobre las que deseen escalar la montaña de la
vida y así alcanzar una vida plena!
• Con cada paso que damos cuesta arriba, con cada decisión que tomamos en
el camino de nuestra vida, nos acercamos un poco más a nuestro destino, a nosotros
mismos. Así lo expresó nuestro guía de montaña en el Aconcagua. Y tenemos que ser
conscientes de ello en cada decisión que tomemos, tanto en el desarrollo profesional
como en nuestra vida privada. Todo lo que hacemos tiene una consecuencia, por
supuesto también para nuestro entorno, pero sobre todo para nosotros mismos. Y
tenemos que preguntarnos si nos llevará a la siguiente colina o a la gran montaña, o
tal vez al valle, y entonces sacar las correspondientes conclusiones.
• No existe siempre y sólo el camino recto y llano hacia la meta. A veces, como
Petrarca en su ascenso al Mont Ventoux o como nosotros cuando queríamos subir
al Aconcagua, tenemos que hacer una pausa y recuperar el aliento en nuestros
caminos, a veces dar un paso atrás o elegir conscientemente un desvío para llegar
a la meta que hemos elegido por un camino más adecuado. Una colina también
puede ser demasiado alta en el momento, por lo que en este caso es mejor asumir
la consecuencia de corregir su objetivo a corto plazo y estar satisfecho de haber
logrado algo alcanzable. No siempre tienen que ser las alturas más elevadas, pero
también hay que tener siempre en cuenta qué habilidades, qué resistencia se posee
personalmente en ese momento. Mantener la calma, considerar cuidadosamente
los siguientes pasos, no deambular sin sentido: esa acción nos lleva a nuestro
objetivo.
• Petrarca no subió la montaña solo, no, lo hizo con su hermano y otros dos compañeros.
El hombre es un ser social. No recorre sus caminos solo, sino que los aborda con
los compañeros adecuados, lo cual es recomendable. Elijan compañeros exigentes
de forma consciente, pensada y prudente. Piensen detenidamente en la ruta que
queréis seguir juntos. Esperen también a estos compañeros y pídanles que los
esperen o les ofrezcan ayuda. No hay nada más satisfactorio que alcanzar una meta
en un esfuerzo conjunto y estar orgullosos de ello juntos.
• En una actitud similar a la de Francesco Petrarca, Jawaharlal Nehru, uno de los
grandes políticos indios del siglo XX, dijo: “Todos tenemos la opción de vivir en las
tierras bajas, con sus nieblas insalubres, pero con cierta seguridad física, o subir a
las altas montañas, con el riesgo y el peligro como compañeros, y allí respirar el aire
puro, disfrutar de la alegría de la vasta vista y saludar al sol naciente.”
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