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ENSEÑAR ARTE A DISTANCIA
De repente llegó y esta nueva modalidad se instaló. ¿Cómo se enseña arte a
distancia?
Si partimos de la base que el arte es un lenguaje visual que comunica un contenido
que expande sensaciones y que todo lo que destila del arte se articula con las
emociones, tenemos que poder diferenciar aquello que sucede dentro del aula con
clases presenciales y lo que estamos transitando ahora. La situación actual plantea
nuevos desafíos y una readaptación del lenguaje que solíamos hablar. Es como
traducir ese lenguaje a uno nuevo. Darle otro sentido, otro color, otras consecuencias
y otros destinos, con premisas curriculares completamente diferentes.
Para entender esta nueva lógica tendremos que , en primer lugar, diferenciar las
clases presenciales de las no presenciales, porque allí tenemos al otro junto a nosotros,
lo sentimos, lo intuimos. En el aula aparecen cosas que son mágicas, porque todo se
articula con la conexión de las emociones y los alumnos se permiten ese espacio para
descomprimir la cabeza, compartir una problemática, descubrir aquello que no se
atreven a ver y por sobre todo, mostrarse con el otro, frente al otro, interpelados por
otro. La escucha es vital y la mirada entre docente/alumno es la llave para revelar lo
oculto. En el aula las clases se ven atravesadas por muchas situaciones y sensaciones
que son impensadas. Todos estamos en comunión y se siente hasta la energía del otro
dentro del aula.
El 15 de marzo nos enteramos que, a partir del lunes 16, no íbamos a tener más esta
oportunidad (al menos hasta aquel momento iba a ser un tiempo acotado), pero la
realidad es que todo esto se extendió y, como en un abrir y cerrar de ojos, Verónica y
yo nos vimos comprometidas a tener que leer desde cero algo que aún no habíamos
trabajado con tanta intensidad, porque justamente no lo precisábamos tanto. Las
herramientas digitales cayeron en cuestión de minutos sobre nuestros hombros:
Classroom, videoconferencias, tutoriales, grabar procesos de una técnica, digitalizar
nuestro material y hacer los contenidos curriculares muy atractivos, para que los
alumnos que empezaban a trabajar en soledad, se sintieran acompañados.
Si partimos de la premisa de que el arte es invención, creación, innovación,
improvisación, estamos convencidas de que a esta altura desde el departamento de
Arte lo estamos logrando. Pero tuvimos que entender la lógica de este nuevo lenguaje
a distancia. Entender que no podemos normalizar una situación cuando todo es
anormal. Esto significa que desde lo curricular y planificado por nosotras en febrero,
todos los contenidos se vieron modificados y se readaptaron en función de esta nueva
realidad que no es la “normal”. Entender que el alumno se encuentra muchas horas
dentro de su casa y el trabajo de esta manera también se hace más solitario. Entender
que no podemos exigir al alumno la creación de producciones con materiales propios
del mundo del arte, porque no están en este momento a su alcance. Entender que el
alumno puede ser muy creativo y sensible frente a su propia realidad y hacer de su
vida cotidiana un “Acting” artístico y permitirle de esta manera tomarse con nuestra
materia algunos “respiros” frente a la gran cantidad de horas que está frente a la
pantalla y puede ser agobiante. Entendimos esto y muchas cosas más que día a día
se iban sumando y modificando junto a los relatos que nuestros alumnos compartían
a diario vía Zoom, como así también junto a las devoluciones de los trabajos que iban
subiendo al Classroom.
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