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Pero toda esta nueva adaptación supone una actitud absolutamente permeable,
flexible, empática y sensible por parte nuestra y es este camino que estamos dibujando
juntas para que nuestros alumnos no se sientan tan distantes y aislados. Ellos nos
extrañan y nosotros a ellos también, porque lo presencial es inigualable.
Ahora estamos todos juntos remando para el mismo lado y en equipo nos
mantenemos. Para ello en 4º, 5º y 6º de Secundaria, en líneas generales, hemos
trabajado en todos los niveles por ahora cuatro etapas de trabajo (cada producción
demanda entre dos a tres semanas dependiendo de cada curso):

La primera, reconocer elementos visuales en los objetos de la casa (del ámbito de
la cocina, herramientas, jardín, etc.) y descubrir su morfología (para recrearlos con
collage de recortes o con dibujos o con fotografías). La segunda, producir pigmentos
en sus hogares con aquello que tienen a mano con materiales orgánicos e inorgánicos.
La tercera, identificar situaciones cotidianas en la casa y sortear maneras de mostrarlo
visualmente (dibujo, pintura, fotografía). Observar sensaciones personales en tiempo
de cuarentena y componer un relato visual (a modo de diario íntimo, a modo de
libro de artista, historieta, afiche). La cuarta es la de observar lo que a cada uno le
gustaría crear, entender la creación con lo que les ofrecen las cosas de la casa (objetos,
materiales, sensaciones). La quinta etapa, ajustada según los intereses de cada alumno
en particular, para que pueda sostener una producción e imagen /intención personal.
Lo vital es estar junto a los alumnos, escucharlos, entender sus problemáticas,
acercarlos a la observación de aquello que en su vida cotidiana aparece como nuevo y
hacer de sus rutinas un laboratorio experimental y un cóctel de emociones. Nosotras
junto a ellos podremos seguir desafiando las dificultades que puedan surgir en
esta nueva modalidad de las clases a distancia, solo si realmente confiamos que las
emociones aún a distancia se dejan sentir y entrever. De esta manera podremos tejer
un nuevo lenguaje y pasarla muy bien a pesar de sentir que estamos lejos.

Para 2º año hemos trabajado en bloques de tres semanas de producción por
tema, para permitir un mejor desarrollo con encuentros individuales o en grupos
reducidos para hablar focalizadamente de cada producción. Los primeros trabajos se
centraron en la comprensión del paso de lo plano a lo corpóreo y su representación
gráfica. Luego, hemos intentado entender cómo estos cuerpos, y cualquier otro, se
representan en la arquitectura y qué formas predominan en determinados períodos
de la Historia del Arte. Finalmente, llevaron lo planificado con mucho éxito a una
maqueta. Hacia mitad de año nos focalizamos en la producción artística personal.
Indagamos en los intereses y preferencias personales y lo convertimos en obras de
arte. Allí nos encontramos con el planteo de qué es lo que hace a una obra de arte, qué
diferencia hay entre una mera representación y una búsqueda artística. Intentamos
también mejorar la representación gráfica de nuestro cuerpo. Con breves ejercicios
de dibujo en vivo, trabajamos las proporcionalidades de nuestras extremidades y
la relación de tamaño entre cabeza y torso. Ya para el cierre del año, trabajamos en
la comprensión de las mezclas de colores y comprensión de composición barrocas.
Hemos intentado trabajar como ellos y buscamos entender cómo son sus obras.

Para 1º año ha sido muy complejo adaptarse a los desafíos de la virtualidad de una
materia dictada en alemán, a una producción en soledad con los pocos o muchos
materiales disponibles en sus hogares. Por ello, hemos dedicado gran parte de los
encuentros a hablar y analizar las distintas producciones que traían. Hacia el final del
año ya no hicimos más tareas para completar, sino que estuvimos dibujando y pintando
juntos los cuarenta minutos para agilizar la gráfica, y entender el dibujo también

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