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Discurso del Embajador Bernhard Graf von waldersee
con motivo de la entrega oficial del sello de calidad
“Excelente Colegio Alemán en el Extranjero”
al Colegio Goethe en Buenos Aires el viernes 26 de octubre de 2012

Muy estimado Sr. Splitt,
muy estimada Sra. von der Fecht,
muy estimados padres e invitados del Colegio
y, por supuesto,queridos alumnas y alumnos:

Muchas gracias por la invitación a su colegio, a la que accedí con gusto por dos motivos.
El primero es la curiosidad: es mi deseo poder conocer concretamente lo antes posible el valioso
trabajo de los colegios alemanes en Argentina.

El otro motivo es una tarea que me honra: se me ha encomendado entregarle hoy un sello de
calidad al Colegio Goethe. En esta ocasión vale recordar la cita de un sabio alemán: “La mejor en-
señanza se obtiene de un entorno completo”. Su colegio lleva desde 1931 el nombre del hombre a
quien pertenecen estas palabras: Johann Wolfgang von Goethe [Los años de peregrinaje de Wilhelm
Meister].

Si bien él no conoció ninguna inspección escolar como las actuales, la cita sigue siendo pertinen-
te: un colegio no es una máquina de enseñar, es un microcosmos en el que a diario se convive, se
aprende de y con los demás y también se ríe frecuentemente. En eso, se puede resumir el propósito
de la “Inspección de la Federación y los Estados Federados de los colegios alemanes en el extranjero
(BLI)”, que se llevó a cabo el año pasado en su colegio: por supuesto que la enseñanza es el punto
central, pero un buen colegio no se trata solo del aprendizaje, sino en un sentido más amplio de
la formación y la educación a distintos niveles, de diferentes maneras y con muchos involucrados.

La idea que subyace a este tipo de inspecciones escolares es apoyar a nivel mundial a los gran-
des colegios alemanes en el extranjero en su valioso y apreciado trabajo. Se podría decir que con
la ayuda de la BLI se toma una foto del trabajo escolar en el marco de una visita de una semana. Se
comprueban detalladamente setenta y dos criterios de calidad. Tener la ambición de sacar a la luz
las propias fortalezas y también las debilidades con el fin de buscar una constante mejora es una ca-
racterística importante y constructiva tanto para los seres humanos como para las instituciones. Esto
no es siempre agradable y consume energía, pero la autocrítica es el factor que aquí sirve de motor.
Nos alegra que el Colegio Goethe se haya puesto ante este desafío. Y la alegría es especialmente
grande, dado que hoy podemos decir que lo ha hecho con éxito.

El trasfondo bicultural del Colegio Goethe es particularmente ventajoso: la importancia dada al
idioma alemán no solo ayuda a mantener los frecuentes lazos familiares – el alemán en las clases y
el activo intercambio con Alemania (que se vive muy concretamente en el intercambio estudiantil
regular con colegios alemanes) son culturalmente enriquecedores y amplían el horizonte personal –
y los alumnos del Abitur quizá lo hagan con vistas a estudiar o trabajar en Alemania.

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