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Digo, como en oportunidades anterio-
res, que mi corta historia en el colegio, só-
lo me permite hacer un recorte de los mu-
chos recuerdos que cada uno asocia a su
paso por esta escuela. Cada uno hilvana
sus propios recuerdos, y los entreteje con
quien compartió momentos y vivencias.
Recorrieron sus pasillos y sus patios,
ocuparon sus aulas abuelos y padres de us-
tedes, chicos, docentes de la escuela... Y
hoy todos somos los protagonistas de es-
ta despedida.
Hoy la escuela se queda sola
el viento mueve unas hojas
que quedaron olvidadas
las cuerdas de las banderas
golpean el mástil y cantan.
La historia de la Escuela del Norte se
asocia a sus grupos de teatro, a sus mani-
festaciones musicales, a sus “Schulfeste”, al
jacarandá, a sus patios, a su edificio intrin-
cado, a las palomas posadas en los bebe-
deros, a las escaleras zigzagueantes y a los
pasillos, a su controvertida terraza y a tan-
tas instantáneas que cada uno guarda celo-
samente en su corazón y en sus afectos.
El próximo año..
...El sol colará curioso,
sus rayos por otras ventanas,
se paseará por otros bancos
e iluminará otras pizarras.
¿Qué nos llevamos de este lugar? Nos
llevamos a quienes nos resultan conocidos:
compañeros, amigos; maestros; nos llevamos
nuestro amor por el colegio, nuestros deseos
de aprender, las banderas, los libros...
¿Con qué nos encontraremos en el nue-
vo lugar? Con nuestros compañeros y ami-
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