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El año de la obra

                        Seguramente así recordaremos todos el agitado año 2005. En este espacio no voy a ahon-
                     dar en informaciones referidas a la construcción en sí misma o a aspectos económico fi-
                     nancieros por cuanto los mismos figuran en la documentación de obra y en el balance, a
                     los que siempre se puede
                     recurrir.
                        En cambio, en carác-
                     ter de miembro referente
                     del Grupo Obra, me refe-
                     riré a algunos aspectos
                     que quisiera destacar.
                        En primer lugar pongo
                     de relieve que ésta ha si-
                     do para nosotros, como
                     comunidad escolar, una
                     posibilidad que en la his-
                     toria de 110 años de vida
                     de esta Institución sólo se
                     ha dado dos veces y con
                     una diferencia de casi un
                     siglo: construir edificios escolares nuevos con medios propios.
                                                                  Así fue cuando en 1907 se inauguró
                                                               el edifico de la calle Virreyes (luego José
                                                               Hernández), con su frente típico de la épo-
                                                               ca de Guillermo II y que fuera, durante
                                                               muchos años, orgullo del Belgrano de en-
                                                               tonces. De la misma manera, el primero
                                                               de marzo de 2006, los alumnos de KG y
                                                               EGB I podrán estrenar sus nuevos edifi-
                                                               cios en La Horqueta.
                                                                  En el lapso que media entre esas fe-
                                                               chas, salvo la construcción del edificio
                                                               sobre la calle Reclus, y que fuera dona-
                                                               do en 1989 por la República Federal de
                                                               Alemania, siempre se hicieron modifica-
                                                               ciones, adecuaciones, ampliaciones, pe-
                                                               ro no se construyeron edificios nuevos
                                                               concebidos para el uso escolar. Es por
                                                               ello que, para quienes estuvimos en el
                                                               proceso de gestación y desarrollo de la
                                                               obra, poder participar del proyecto ha si-
                                                               do un privilegio.
                                                                  En segundo lugar destaco el esfuerzo
                                                               de la comunidad en su conjunto puesto


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