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• Problema técnico-adaptativo
La definición del problema es clara y la solución e implementación requiere un
aprendizaje. El foco de la responsabilidad está en la autoridad y los grupos de interés.

• Problema adaptativo
La definición del problema requiere aprendizaje, la solución e implementación
también. El foco de la responsabilidad está puesto tanto en la institución como en
cada uno de sus integrantes. Según Willi, los colegios generalmente trabajan con
problemas técnico-adaptativos.

El cambio de hábitos es lo más difícil de lograr, uno se resiste a asumir las pérdidas
que nos generan estos cambios. El foco puesto en estas pérdidas funciona como
resistencia.

Alberto Willi considera que las instituciones deben fomentar el trabajar
colaborativamente, esto tiene aspectos positivos y aspectos negativos, pero siempre
se priorizan los positivos.

Aspectos positivos: Aspectos negativos:
• Genera equipo de trabajo y buen clima • Puede generar roces
• Integra perspectivas • Hace todo más lento
• Enriquece la tarea.
• Motiva y estimula
• Atrae talento

“El aprendizaje organizacional genera tensión.” Para ello debemos cuestionarnos:
¿cuán dispuesto estoy a incomodar, a frustrar expectativas y a salir de la zona de
confort? Frente a este contexto, los colegios deberían tender a armar equipos que
desarrollen dos tipos de estrategias:
1) Ambientes contenedores, anclados en el propósito
2) Ambientes de trabajo en contextos saludables

El equipo es un espacio, porque capta la vida del equipo (valga la redundancia),
genera un ambiente contenedor, un ambiente psicológicamente seguro, donde
puedo decir lo que quiero, se escucha mi voz, porque me cuidan al mismo tiempo
que me desafían.

¿Para qué el equipo? Para que el equipo haga la tarea. “La tarea se hace, no se
negocia.” Para ello es fundamental la confianza. La confianza es necesaria para generar
aptitud y previsibilidad. Si se pierde la confianza, se rompe el ambiente contenedor, se
rompe el equipo.

Otro aspecto importante que menciona del trabajo en equipo es que se debe
“anclar en el propósito”, que debería ser la estrella náutica. Ese “voy a…”
Por último, se pueden romper o deconstruir propósitos en objetivos organizacionales
y metas, lo que requiere conversaciones difíciles pero sinceras, teniendo siempre en
cuenta el medio y cómo es el mensaje.

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