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El trayecto les habrá exigido entrega, esfuerzo, compromiso, renunciamientos personales pero, a
la luz de lo logrado, valió la elección que realizaron.
La proyección de este momento habrá sido uno de los estímulos para continuar con la mirada
puesta en esa sólida formación que les permitirá acceder a la continuidad de estudios en el ámbito
superior.
Y para afianzar lo que he expresado, quiero compartir con ustedes las opiniones de sus hijos
sobre el colegio. Las pronunciaron una vez finalizada la presentación de los proyectos de investiga-
ción y micro emprendimientos.
Se refirieron a aspectos tales como la exigencia, la biculturalidad, la diversidad de ofertas, lo que
da cuenta del espíritu crítico que han desarrollado y la posición interesante que adoptan respecto de
comparaciones que realizan con amigos que asisten a otros colegios. Escuchen el modo de decirlo
e imaginen las voces de ellos:
Es muy exigente pero te provee de herramientas para la universidad.
La biculturalidad que vivís, es un valor diferente.
La exigencia en los tres idiomas lo hace único.
Es uno de los mejores colegios, tengo pensado mandar mis hijos a este colegio.
Las instalaciones son una de sus fortalezas, no se puede comparar con ningún otro.
El prestigio que tiene ante las universidades te da seguridad.
Lo que somos como personas crece gracias a nuestros docentes.
La interculturalidad hace que cada uno pueda ser quien es.
La amplitud de ofertas lo hace muy diferente a otros.
Es un colegio muy exigente, no es para cualquiera. Te tienen que gustar mucho los idiomas y al
que no le gusta estudiar, la pasa mal.
Abre la mente a otras situaciones.
Es muy distinto por los valores que inculca, acá podés venir con el pelo largo si está limpio, y
rastras, pero no le podes faltar el respeto a nadie. Y esos son los valores que lo hacen distinto.
Es un lugar de buenas personas.
Estas expresiones, vertidas a la dirección en presencia de profesores, unidas a las propuestas de
mejora que han sugerido, evidencian el reconocimiento a la elección de sus padres, el valor que
le atribuyen a la educación que han recibido, el agradecimiento por lo que se llevan y el orgullo
que sienten, a un límite tal que alguno hasta pueda manifestar con seguridad que traerá a sus hijos
a esta escuela.
Este reconocimiento por el trayecto recorrido revela también el trabajo que realizaron desde el
órgano de Representación Estudiantil así como la realización del tradicional cierre del año en un
clima festivo de verdadera celebración, testimonio vivo del vínculo que han alimentado durante
estos años, todo ello en armonía con los alumnos de quinto año quienes los agasajaron con un
organizado almuerzo de camaradería.

Queridos exalumnos, creo en ustedes, creo en los jóvenes, creo que todos tienen un sueño, el
suyo, el propio, el que orienta sus acciones, el que les hace levantar vuelo, cruzar océanos, aunque
me duela verlos partir.
La educación es esperanza y la esperanza, aún utópica, sigue siendo el norte hacia donde dirigir
la mirada para sostener los hechos fundamentales de la existencia humana: el nacimiento, el amor,
el dolor y la partida.
Si no creyese en ustedes, mis alumnos, savia nueva que produce nuevos bríos, en tensión perma-
nente con la hostilidad del contexto, tal vez hace tiempo hubiese renunciado a la docencia.

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