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TALLER DE MICROBIOLOGÍA
En 2022 estrenamos el Taller de Microbiología con los alumnos y alumnas de 5°
año de la orientación Ciencias Naturales. Este taller nos permitió adentrarnos en el
maravilloso mundo de los microorganismos, seres vivos que generalmente no vemos,
pero con los que interaccionamos a diario. Conocerlos y estudiarlos nos permitió,
además, desarrollar y poner en práctica varias competencias científicas como la
observación, la concentración, la precisión y la paciencia, entre otras.
Luego de una pequeña introducción teórica en la que entendimos la diferencia
entre esterilizar y desinfectar y discutimos sobre distintos métodos de realizar dichas
prácticas, pusimos manos a la obra. Lo primero que hicimos fue aislar microorganismos
presentes en el ambiente, más precisamente en el aire de nuestro laboratorio. También
pusimos en evidencia la cantidad de microorganismos presentes en diferentes objetos
de uso cotidiano, y no tanto. Por último, comparamos la presencia de microorganismos
en distintas partes de nuestro cuerpo y antes o después de lavarnos las manos con
agua y jabón o rociarlas con alcohol. Nos sorprendimos al ver la cantidad y diversidad
de microorganismos presentes en el aire, tanto hongos como distintos tipos de
bacterias. Como era de esperarse, nuestros celulares y computadoras portaban gran
cantidad de microorganismos. Nos reconfortó comprobar que el lavado de manos y
el rociado con alcohol disminuían drásticamente la cantidad de hongos y bacterias
en nuestras manos. Una alumna se animó a poner a prueba cuán limpia estaba su
oreja y superó la prueba, es decir, crecieron muy pocos microorganismos a partir de
una muestra tomada de la misma. El premio al más sucio, o más contaminado, se lo
llevó el esqueleto del dinosaurio que tenemos en el laboratorio, ya que a partir de una
muestra tomada de su garra, logramos aislar un montón de hongos y bacterias.
Una vez aislada una gran cantidad y variedad de microorganismos, nos dedicamos
a observarlos y describirlos tanto macroscópicamente, es decir, a simple vista, como
microscópicamente, utilizando el microscopio. A simple vista pudimos diferenciar
colonias de bacterias según su color, forma y borde entre otras características. El
microscopio nos permitió la observación. Para poder clasificar las bacterias, realizamos
tinciones como la de Gram. Para ello, utilizamos una serie de reactivos que interaccionan
de distinta forma según el tipo de pared celular que posee la bacteria con la que se
esté trabajando, tiñendo las bacterias de distinto color: violetas las llamadas Gram
positivas que tienen una pared celular muy gruesa, formada por un gran número de
capas de peptidoglicanos entre las que se inserta la tinción Gram, o rosas, las llamadas
Gram negativas que tienen una pared más fina. También seleccionamos algunas
colonias bacterianas y realizamos un antibiograma para identificar a qué antibióticos
resultaban sensibles.
El último desafío consistió en determinar la cantidad de bacterias, o mejor dicho,
Unidades Formadoras de Colonias (UFC), presentes en un cultivo líquido de bacterias.
Para ello, utilizamos las micropipetas para realizar diluciones seriadas del cultivo
bacteriano original y sembrar una determinada cantidad de cada dilución en distintas
placas de Agar. Luego de incubar las placas por 24 hs, elegimos aquellas en las que
podíamos contar la cantidad de colonias, y a partir de ese número y unos cálculos
matemáticos, pudimos determinar la cantidad de UFC presentes en el cultivo original.
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