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APRENDER A ENSEÑAR ALEMÁN COMO
LENGUA EXTRANJERA PARA NIÑOS
A comienzos de este año varias docentes del Kindergarten realizamos una
capacitación dictada por el Goethe Institut llamada Deutsch Lehren Lernen - Aprender
a enseñar alemán como lengua extranjera.
Comenzamos en el mes de marzo de forma virtual con encuentros en los que
pudimos intercambiar ideas y dudas con otros compañeros y compañeras de
instituciones alemanas de todo el país como también con nuestras coordinadoras del
Goethe-Institut. Trabajamos con material teórico, gráfico y audiovisual y realizamos
diversas actividades que nos orientaban a pensar en el trabajo final. Para ello, en un
grupo de tres docentes (todas de nivel inicial) decidimos hacernos una pregunta y
poner a prueba la siguiente hipótesis: Los niños y las niñas, ¿logran mayor comprensión
del idioma alemán si se incluye movimiento en la actividad propuesta?.
A partir de ese momento comenzaron los encuentros para investigar y buscar las
actividades adecuadas que pudieran acercarnos a una respuesta. Fue muy interesante
el intercambio que surgió, no sólo entre quienes conformábamos el grupo de trabajo,
sino también con los otros docentes, sobre todo con quienes están en el nivel primario
y tienen alumnos y alumnas con pocas horas de alemán por semana.
Nuestro trabajo consistió en desarrollar un juego en el que se presentaba
vocabulario nuevo totalmente desconocido por los niños y niñas. Todo esto tenía una
dificultad extra para nosotras: estábamos en cuarentena y la enseñanza era virtual. Es
decir, que la actividad se llevaría a cabo por zoom con niños y niñas de sala de 4. La
propuesta fue mostrar tres imágenes distintas con las tres palabras que queríamos
enseñar: BADEZIMMER (baño), KINDERZIMMER (dormitorio) y KÜCHE (cocina). Luego,
realizamos un juego con un dado en el que la docente decía lo que había salido sin
mostrar la imagen. El desafío era que pudieran comprender oralmente el significado
de la palabra (sin apoyatura de la imagen) y traer de ese ambiente de la casa dos
objetos que quisieran. La propuesta resultó muy divertida, sobre todo porque debían
levantarse, correr a buscar objetos y mostrar a la docente y al resto de sus compañeros
lo que habían traído. La respuesta fue muy satisfactoria. Podemos decir que, en
general, todos comprendieron el vocabulario y, quienes tuvieron más dificultades,
recibieron ayuda de sus compañeros. Por otro lado, cuando terminamos la actividad,
en todos los grupos nos pidieron seguir jugando, lo que nos dio la pauta de que la
actividad había sido un éxito.
A partir de ese momento comenzamos a trabajar sobre los resultados de la
actividad, los porcentajes obtenidos y la conclusión final. Podemos afirmar que,
efectivamente, se logra una mayor comprensión del idioma cuando las propuestas
implican movimiento. El aprendizaje se vuelve significativo cuando los niños y las
niñas lo vivencian, lo pasan por el cuerpo, la mente y la emoción. El movimiento, el
lenguaje gestual y la mímica ayudan a que ese aprendizaje se internalice, quedando
así vinculado a la palabra. Este es un proceso que lleva tiempo. Los niños y las niñas
comprenden y tienen ese vocabulario de forma pasiva, es decir, que aún no lo pueden
expresar oralmente. Con el paso del tiempo, el incentivo docente y las actividades
y juegos que se proponen diariamente en el Kindergarten, comienzan a sentirse
más seguros hasta que un día logran ponerlo en práctica desplegando todos sus
conocimientos.
Claudia López Klingenfuss y Dominique Oclander
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