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ACTO DE FIN DE AÑO

Estimadas alumnas y estimados alumnos de la Humboldt-Akademie,
estimados docentes,
estimada Cristina,
estimados miembros de la Comisión Directiva (veo a Andrés y a Martín),
estimados invitados:
Deseo saludarlos a todos ustedes al final de este año tan particular. Estoy encantado
de que hayan logrado encender el último Zoom de la Humboldt-Akademie en el año
para participar en esta pequeña ceremonia.
El año pasado hablé sobre Goethe y Humboldt, esos fantásticos pensadores e
investigadores a quienes les encantaba retirarse para pensar y escribir, pero a los que
también les gustaba viajar y conocer el mundo, uno más del uno y el otro menos, y
uno menos del otro y el otro más.
Ahora, ¿cómo se hubieran manejado ellos este año? Al menos existen algunas tesis
sobre Goethe. Encontré una entrevista con él en el Rheinische Post del 4 de junio
2020. Aunque es ficticia,es muy elocuente. Allí, Goethe responde a la pregunta acerca
de si había seguido la recomendación de quedarse en casa y dice: “Todos los Señores
deben quedarse en casa hoy. En la total soledad en la que vivo, las cosas se han vuelto
terribles al final. El hecho de que me sienta lo mejor posible es la mayor felicidad. He
avanzado bastante en mi trabajo a pesar de todos los obstáculos”.

Así –siempre pensado en forma ficticia– podemos saber que él se sintió terrible
en su soledad, por supuesto: no podía hacer nada, ni paseos, ni viajes, ni teatro, ni
visitas a museos, mientras que todavía era capaz de lograr los objetivos que se había
fijado para su trabajo. Y eso es lo que distingue a un espíritu productivo y curioso, que
piensa a qué le puede dedicar sus energías: si no se hallan fuera, uno busca en otra
parte; si faltan los desafíos físicos, uno busca los espirituales. Y cuando esto sucede,
entonces uno puede, como Goethe, responder a la pregunta de cómo evaluar el
futuro: “Quiera el tiempo, que todo lo sana, hacer surgir lo mejor de esta triste crisis.
Cuando se cumpla la esperanza de que las personas se unan con todas sus fuerzas,
con el corazón y con la mente, con comprensión y amor, y tomen nota la una de la
otra, entonces ocurrirá lo que hoy nadie puede pensar”.

Así que este año ustedes decidieron plantearse un nuevo desafío, o continuar con
el desafío, de aprender alemán –una tarea nada fácil, lo sé– y pienso que es fantástico.
Para este encuentro de culturas existe este colegio, para comprender la lengua y la
cultura alemana, que habría hecho felices a Goethe y a Humboldt, esto es la Goethe-
Schule. Y cuando la visión positiva sobre el futuro de nuestro Goethe ficticio se haga
realidad, entonces habremos hecho todo bien, y todos juntos habremos contribuido
a ello.

Les doy las gracias por ello; les agradezco como alumnas y alumnos que hayan
permanecido fieles a la Humboldt -Akademie que funciona en la Goethe-Schule, y
a los docentes y la coordinadora por manejar la Humboldt-Akademie que fue tan
complicado en este año de cuarentena continua; y por último les agradezco que hoy
miremos, como el dios romano Jano, todos juntos hacia atrás el viejo año, y hacia
adelante el próximo año, con prudencia, pero también con una dosis de optimismo,
que es particularmente necesaria en un momento como este.
¡Les deseo mucha salud y sigan siendo leales a la Academia Humboldt
Frohe Weihnachten!
¡Muchas gracias!

Philipp Wehmann

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