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una persona haya tenido la oportunidad de realizar con relación a ese concepto . Es un
punto de partida fundamental para pensar la enseñanza: en efecto, el tipo de prácticas que
el alumno haya podido desplegar en relación con ese concepto matemático, condicionará
el sentido que ese concepto tenga para ese alumno.
Sabemos que un mismo concepto matemático puede funcionar como herramienta para
la resolución de situaciones muy diversas. Por ejemplo, los siguientes problemas: a) “Juan
tenía 20 caramelos y comió 10, ¿cuántos caramelos le quedaron?” y b) “Juan compró 10
caramelos, ahora tiene 20, ¿cuántos tenía antes de ir al quiosco?”. Ambos se resuelven con
una resta, sin embargo, tienen exigencias diferentes en cuanto al tipo de relaciones que hay
que establecer para poder tomar la decisión de restar.
Veamos un ejemplo relativo a la numeración escrita. El sentido de la numeración escri-
ta se configura también en el marco de diferentes situaciones y a través de las diversas prác-
ticas que los alumnos tengan oportunidad de desarrollar en torno a ellos:
-En situaciones donde deban comparar números: dada una serie de precios de diferen-
tes productos, establecer cuál es más caro o más barato; decidir si un billete de cierto va-
lor alcanza para comprar un producto de determinado precio; dado el contenido de dife-
rentes envases, establecer cuál tiene más, etc.- o bien establecer un orden –dadas las eda-
des de diferentes personas, ordenarlas de mayor a menor; dado el conjunto de números de
casas de una cuadra, colocar cada número con la casa correspondiente; dadas las facturas
de servicio con vencimiento en el mismo mes, ordenarlas según la fecha en la que irán ven-
ciendo...-.
- En situaciones donde se enfrenten a leer notaciones numéricas: al “cantar” los números
en el juego de la lotería; al llamar al próximo cliente que será atendido en un negocio;
al comunicar oralmente a otro la página de un libro en la que hallará determinada cues-
tión; al intentar responder a “¿qué número será este?”; etcétera.
- En situaciones donde se enfrenten a escribir números: al anotar, por ejemplo, fechas de
sucesos que es necesario recordar, direcciones, puntajes en juegos, o simplemente al
pensar cómo se escribirá determinado número.
- En situaciones en las cuales se enfrenten a operar con los números y deban explicitar
las relaciones aritméticas que subyacen a ellos: ¿Cómo puedo formar el número 792 en
la calculadora apretando solamente las teclas 1 , 0, + e = ?; ¿cómo puedo formar $
1285 con la menor cantidad posible de monedas de $1, billetes de $10 y de $100?; si
anoto 35 en la calculadora; ¿cómo puedo hacer para que, con una sola operación apa-
rezca 350?; el resultado de 46 + 38, ¿será mayor o menor que 100?; etcétera.
Aquí nuevamente vemos que un mismo concepto matemático puede funcionar como he-
rramienta para la resolución de situaciones muy diversas.
Pero si en la enseñanza de ese concepto, sólo se lo ha hecho funcionar alrededor del
mismo contexto de utilización, es decir sólo se han planteado problemas de un tipo, en-
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