Page 23 -
P. 23
CELIA LUBENFELD
Celia permanecerá en nuestro recuerdo de distintas maneras.
Para muchos será la profesora de música que los inició en temas que jamás se
hubieran imaginado, en mundos que nunca hubieran pensado, en compositores que
solo ella sabía introducir y en técnicas pianísticas y vocales que le gustaba identificar
y transmitir. Ritmos, cadencias, tonalidades, timbres, vibratos, respiraciones, cifrados y
otros términos de su métier habitaban su lenguaje y su escucha. Una escucha de puro
descubrimiento, que sabía transmitir con lenguaje claro y directo, con emoción y pasión.
Las culturas, los universos simbólicos, una mirada ecuménica sobre las religiones, los
orígenes de las sociedades, las migraciones, el simbolismo y la transmisión oral eran
solo algunos de sus intereses. La narrativa fue uno de los de sus maneras para contar
las anécdotas más desopilantes con que captaba la atención de estudiantes y colegas.
Los integrantes del famoso grupo musical Les Luthiers se conocieron en el living de
su casa, fue amiga de Leda Valladares y de Vida Brener, quien trajo la musicoterapia
a la Argentina..
Para muchos permanecerá tal vez el recuerdo de su mirada honda y celeste,
con muchos rulos y sensibilidad social, una mirada con experiencia de vida, que se
manifestaba con voz grave y sentido crítico, cuestionadora y aguda, emotiva y con olor
a tabaco, a las carcajadas contagiosas y con la franqueza de esa niña que también fue:
una niña curiosa y maravillada por las sorpresas de un universo diverso y polifónico,
que la fascinaba.
De los ciento veinticinco años de la Goethe-Schule, Celia estuvo dedicada a nuestra
institución durante dieciséis años hasta que en 2005 se jubiló. Viajó a Verónica y a Chile
acompañando distintos proyectos , fue parte de la organización de los eventos por el
100º aniversario de la Goethe-Schule y contribuyó con sus saberes a los proyectos de
teatro de aquellos años.
El pasado cuatro de diciembre falleció Celia, sin demasiada anticipación, luego de
un breve período de transición y casi sorpresivamente.
Celia está en todas esas cosas que nos supo dar. Celia está en todas esas
representaciones que nos transmitió con amor y con pasión. Celia está un poquito, o
mucho, en todos los que tuvimos la enorme fortuna de conocerla y aprender de ella lo
que generosamente supo ofrecer y hacer florecer en los demás. Allí la encontramos,
allí la seguimos recordando, evocando y disfrutando.
Jorge Eduardo Catelli
25