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Buenas  noches  a  todos,  bienvenidos  una  vez  más  a  la  Goethe-Schule  y  gracias
            por acompañarnos en esta noche tan especial. Gracias a nuestros padres, a nuestros
            profesores, a nuestros preceptores, a nuestros directores, a la Comisión Directiva, al
            personal de maestranza y a todas esas personas que hicieron posible que hoy nos
            graduemos de la escuela secundaria.

               Esta noche somos protagonistas los 90 integrantes de la 125 y antes de construir
            nuestro  futuro,  queremos  dar  un  salto  al  pasado.  Todo  comenzó  el  1.º  de  marzo
            del  2011,  aunque  muchos  de  nosotros  ya  nos  conocíamos  desde  el  Kindergarten.
            Creciendo juntos nos llenamos de experiencias, anécdotas y aprendizajes. Hoy nos
            quedan los recuerdos de cuando jugábamos en el arenero, en la hamaca marrón del
            patio del Kinder o cuando caminábamos juntos en la Laternenfest.  De repente, llegó
            el momento de mudarnos al edificio de primaria, el edificio a su derecha donde todo
            parecía muy grande. Nunca olvidaremos cómo bajábamos la rampa corriendo para ir
            al recreo, todos esos mundialitos en familia, el entusiasmo de que tu equipo gane los
            juegos primaverales, y el sufrimiento de los cálculos mentales y los dictados.
               En el 2017, dimos el gran salto al otro lado del puente y sentíamos que nos comíamos
            el mundo. La secundaria era exigencia, responsabilidad, era miedo, pero también era
            libertad. Nos adaptamos a esta nueva palabra, independencia, mientras soñábamos
            con llegar a sexto y viajar a Alemania.

               Y justo cuando pensábamos que estábamos cerca, el mundo paró. El 20 de marzo
            del  2020,  comenzó  en  la  Argentina  la  cuarentena  obligatoria  por  la  pandemia  de
            COVID-19. Recordamos cómo al principio festejamos por las dos semanas sin colegio,
            pero,  con  los  meses,  los  sentimientos  fueron  otros.  Llegamos  a  5.º  año  y  el  barbijo
            seguía  siendo  parte  de  nuestro  uniforme.  No  perdimos  nunca  la  esperanza  y  nos
            las rebuscamos para recaudar fondos para ese viaje que tanto anhelamos. Entre los
            arándanos y los Brezeln, estábamos cada vez más cerca.

               Unos meses atrás nos pusimos un buzo que nos distinguía del resto y comenzamos
            a caminar el principio del fin; 6.º había llegado, éramos los más grandes y, en nuestra
            mente, solo estaba nuestro viaje de egresados. Por todo lo que pasamos, vivimos 6.º
            año de una manera distinta. Quizás por la constante incertidumbre, valoramos detalles
            que de otra manera hubieran pasado desapercibidos. Poder vernos las sonrisas,
            tener compañero de banco, tener clases al mismo tiempo, todos juntos, sin burbujas
            ni zooms. Nos resulta indispensable agradecer a nuestros padres y al colegio por el
            constante apoyo en los momentos más difíciles y por permitirnos concluir nuestro 6.º
            año de la manera tradicional. Su esfuerzo y su dedicación de cada día nos inspiran y
            queremos festejarlos hoy también.

               Compañeros y compañeras, aprendimos a leer y a escribir juntos y hoy elegimos
            qué camino seguir. Quiero irme unos meses atrás para hablar un poco del último día
            del viaje de egresados. Todos los profes que nos conocieron durante el viaje, estaban
            de acuerdo en una cosa: hablaron del respeto que nos tenemos, de lo empática que
            es  nuestra  camada.  Y  es  muy  loco  porque  siempre  entre  nosotros  decimos  que  la
            camada está muy separada, pero desde afuera se ve algo muy distinto. Y es que en
            nuestro grupo hay gente tan diferente, que tiene tanto para decir, tanto para ofrecer,
            que a veces pareciera que nadie se entiende con nadie, pero me parece que lo que
            nos define, por encima de todas las diferencias, es ese respeto que tanto defendemos.


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