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Queridos profesores, directores, miembros de la Comisión Directiva, padres,
compañeros, y todos los que nos acompañan hoy por Zoom.
Llegó el gran día. Hoy, 13 de diciembre de 2020, es un día muy especial para todos
nosotros acá presentes; uno de esos días tan esperados, uno de esos días que se
recuerdan después con mucha alegría, pero también con cierta nostalgia. Hoy nos
despedimos de nuestro segundo hogar.
Para contar nuestra historia hay que empezar desde muy atrás. Muchos
de nosotros nos conocemos desde hace más de doce años. Comenzando por
Kindergarten, cuando jugábamos en el patio e íbamos formando nuestras primeras
amistades. Cuando nuestra única preocupación era jugar y divertirnos. Aprendimos
nuestros primeros valores y comenzamos nuestro trayecto. Sin embargo, cuando ya
nos habíamos acostumbrado a este tipo de vida, nos movieron el piso y tuvimos que
empezar primer grado. Para algunos fue con miedo, para otros fue con la emoción
de crecer. De a poco nos fuimos despegando de nuestros padres, que en la niñez eran
nuestros mayores compañeros.
Y así es como comenzamos la primaria con nuevas clases, nuevos maestros,
nuevas caras para conocer y con un sistema muy distinto. Recibimos la Zuckertüte
con mucha felicidad y conocimos a nuestros padrinos y madrinas. El colegio no solo
fue un lugar para aprender, sino también para divertirse y compartir experiencias con
nuestros compañeros y maestros. Compartimos campamentos, actividades, recreos
y almuerzos. ¿Quién no recuerda los viajes a Verónica o las famosas canciones del
fogón? Poco a poco fuimos dejando nuestra niñez atrás.
¡Y por fin llegó el momento de empezar el secundario! La tan esperada última
etapa del colegio. Entramos a nuestra adolescencia y comenzamos a cambiar. ¿Quién
no puede mirar hacia atrás y recordar alguna experiencia y sonreír o avergonzarse
un poco? Nos equivocamos y fuimos aprendiendo de nuestros errores. Estos nos
mostraron lo que estaba bien y lo que estaba mal, y a partir de estas enseñanzas nos
convertimos en quienes somos hoy.
La madurez trajo consigo un vínculo más fuerte con nuestros profesores. Ya no
solo eran quienes nos enseñaban y nos retaban cuando hacíamos lío, sino también se
convirtieron en una parte importante de nuestras vidas. Compartimos mates, charlas
de pasillo, algún que otro chusmerío, bromas y momentos. Fuimos entablando una
relación invaluable, que ni todas las tareas o el tan agotador cross en deporte pudieron
opacar. Por sobre todo, ellos nos transmitieron valores. Desde chicos el colegio nos
involucró en actividades y enseñanzas para promover la empatía, la solidaridad y la
conciencia ambiental.
Wir haben das Glück, eine dreisprachige Erziehung erhalten zu haben. Nicht
nur das, sondern wir sind zwei unterschiedlichen Kulturen jeden Tag begegnet. In
den Klassenräumen haben wir die deutsche Sprache und die Kultur durch unsere
deutschen Lehrer erlebt. Wir haben den deutschen Humor kennengelernt (obwohl wir
ihn manchmal nicht gut verstanden haben) und die klassischen deutschen Bücher
wie Faust gelesen (die ehrlich gesagt, auch ein bisschen schwierig zu verstehen
waren). Für viele von uns war aber Deutschland noch ein Land in der Ferne. Leider
konnten wir dieses Jahr nicht mit unserer Deutschland Studienreise abschließen,
jedoch haben viele von uns die Möglichkeit gehabt am Austausch teilzunehmen.
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