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Todos nosotros recorrimos un largo camino para llegar a donde estamos parados
          hoy. A lo largo de este trayecto compartimos momentos que no olvidaremos jamás.
          Cada uno de nosotros dejó una huella en el colegio. Pero más importante aún, dejamos
          una huella entre nosotros y en todas las personas, que se cruzaron en nuestros
          caminos. Tal vez perdimos algunas amistades, pero hicimos otras, aprendimos a
          trabajar en equipo, a resolver los problemas que teníamos entre nosotros, para lograr
          una mejor convivencia. Aprendimos mucho de nuestros profesores, y sus enseñanzas
          nos acompañarán a lo largo de nuestras vidas. Pero, sobre todo, pudimos crecer como
          personas y nos convertimos en quienes somos ahora. Si no hubiéramos transitado
          este trayecto sin dificultades, hoy no sentiríamos tanta gratificación de haber
          alcanzado nuestra meta: graduarnos. Por suerte pudimos cerrar esta etapa con una
          cena acompañados de nuestros queridos padres, y pudimos compartir un viaje de
          egresados algo diferente. Hoy finalizamos este ciclo todos juntos con nuestra entrega
          de diplomas.

            No se puede dar un discurso de este tipo sin agradecer de manera especial a
          algunas personas.

            Gracias infinitas a los padres, que nos acompañaron y apoyaron a lo largo de todos
          estos años, pero especialmente, a los padres que, en un año tan complicado y especial
          como lo fue este 2020,  nunca dejaron que bajáramos los brazos e intentaron siempre
          sacar lo mejor de sí mismos para ayudarnos a seguir adelante.

            Gracias también a los profesores; a los exigentes, a los graciosos, a los que eligieron
          ser referentes para muchos, a los que se convirtieron en alguien en quien confiar, a los
          que alentaron a muchos a seguir sus sueños y también, un poco, a los que faltaban
          seguido. Les prometemos que, gracias a todos ustedes y a su esfuerzo constante,
          las ocho horas diarias en el colegio se hicieron no sólo mucho más llevaderas, sino
          también un plan que vamos a extrañar.

            Por  último,  pero  no  menos  especial,  gracias  a  esta  camada.  Gracias  por  llenar
          siempre los pasillos de alegría, gracias a los que se encargaron siempre de integrar y
          de hacer reír a los demás. Gracias a los que siempre se ocuparon de la organización
          de los eventos o a los que siempre estaban presentes. Gracias, porque sabemos que
          cada uno de nosotros comenzó siendo solo una cara desconocida en los pasillos y
          hoy juntos somos una especie de equipo. Con diferencias, con distintas amistades,
          pero un equipo al fin. Creemos que, después de tanto tiempo, cada uno logró dejar
          su huella en este lugar, pero lo que es seguro es que todo este tiempo dejó huella en
          cada uno de nosotros.

            Camada 2020, hoy nos despedimos del colegio y damos comienzo a una nueva
          etapa en nuestras vidas. La tan temida y a la vez esperada vida adulta. Un misterio
          para todos nosotros. Esperamos que cada uno logre encontrar su camino y lo siga sin
          importar qué. Algunos se quedan y otros se van, pero lo vivido en esta etapa quedará
          siempre en nuestra memoria y en nuestros corazones.

            ¡Muchas gracias a todos y felicitaciones a nuestra camada, lo logramos juntos!







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