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Muy buenas noches a todos.
Señora representante de la Embajada Alemana,
señora Inspectora en Jefe de la Región VI,
señores miembros de la Comisión Directiva, señores
Directores, colegas, docentes, padres, familias, amigos
y sobre todo esta noche, queridos egresados.
Hace seis años, en 2014, ustedes comenzaban su
escuela secundaria y ese mismo año yo comenzaba
como directora del nivel secundario de la Goethe-
Schule. Recuerdo el primer día cuando recorriendo la
isla de las aulas de primer año, uno de ustedes -que
hoy tengo que mirar hacia arriba pero que en ese
Florencia Noguera momento era más petiso que yo- me preguntó: “¿Vos
sos la nueva directora?”, “Sí” le respondí y me contestó:
“mucha suerte” y se rió. Nunca entendí a qué se refería, pero bueno. Estamos hoy aquí,
ustedes y yo, en vuestra ceremonia de graduación.
Quiero contarles, detenerme un minuto en explicar, lo que lleva preparar esta
noche para ustedes. Hay mucha gente que, para que todo resulte perfecto y que
ustedes puedan disfrutarlo, dedica mucho tiempo y esfuerzo en la preparación. Desde
el personal de maestranza, las distintas personas que hoy nos ayudaron a pegar los
carteles, las discusiones de cómo hacer para que no se vuelen los carteles si hubiera
viento, las numerosas pruebas que hicimos para el nuevo diseño del diploma, porque
ustedes estrenan un formato nuevo. Toda la preparación de las secretarías, conseguir las
rosas blancas para obsequiarles, etc. Pequeños y numerosísimos detalles que me estoy
olvidando porque es innumerable la lista de colaboradores que hacen que ustedes hoy
puedan disfrutar de esta noche.
Y, ¿por qué? ¿Por qué les parece que todos tratan de que hoy todo salga perfecto?
No sólo por la alegría que nos da, que es mucha, sino por el valor simbólico de esta
noche. Esta noche la graduación es el símbolo de los doce años -para algunos quince y
para otros serán menos- que ustedes han transitado por el colegio. El trabajo que hoy
parece perfecto es el que empezó en sala de tres: algunos de ustedes eligieron a una
maestra de Kinder para que les entregue la media medalla. Eso es un símbolo de que,
desde que ustedes vinieron por primera vez al colegio y hasta hoy que egresan, muchas
personas trabajaron para que hoy logren ser egresados. Creo que el trabajo estuvo bien
hecho.
¿Y saben por qué? Porque hoy, preguntando a los docentes, a estos profesores que
más los acompañaron, a los que más los conocen acerca de cuáles serían las palabras
que definirían mejor a la camada, todos coincidieron en describirlos como empáticos,
que se preocupan por los demás, por aquel que está sólo, que son responsables,
entusiastas. “No perdieron las ganas de jugar”, me dijo alguien del departamento de
Educación Física. También dijeron que son alegres y críticos. Doy fe que no esquivaron
los temas críticos de la actualidad cuando defendieron sus proyectos en las distintas
orientaciones.
Todo esto hace que hoy les prepararemos esta noche, porque sentimos que hemos
cumplido con el trabajo. Los docentes que están hoy allí sentados, acompañándolos,
son los representantes de todos los docentes que tuvieron en sus años aquí en el colegio.
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