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Boulogne, 13 de diciembre de 2019

Frau Maja Dimitroff,
Sra. Daniela Alegre,
Sr. Director General, Prof. Philipp Wehmann,
Directivos del Nivel Secundario,
Directivos de los Niveles Primario e Inicial,
Docentes,
Sr. Presidente de la Asociación de Ex-Alumnos “1897”,
Padres, Familiares y Amigos.

Estimados graduados de la promoción 2019:
Andrés de la Cruz
En nombre de la Comisión Directiva, sean todos
bienvenidos a esta fiesta de nuestra comunidad
educativa. Celebramos a estos 81 jóvenes que hoy se despiden de esta etapa de sus
vidas que junto a sus familias tuvimos el privilegio de acompañar. Pido por ellos un
fuerte aplauso.

A medida que avancen las horas, ustedes queridos “graduados”, serán aplaudidos
muchas veces. Como me toca hablarles al inicio de este festejo organizado en torno a
ustedes, aprovecho esta posición de privilegio para sugerirles una manera de interpretar
el sentido de esos aplausos, más allá de lo meramente sonoro.
Primero, un aplauso libera mucha satisfacción y también orgullo. Cada uno de
ustedes, a su manera, ha tenido que probar a lo largo de estos años capacidad de abordar
desafíos de aprendizaje muy diversos. Y por su tenacidad se hicieron merecedores del
diploma que en poco más les estaremos entregando. El aplauso expresa la satisfacción
que pueden sentir por haber salido airosos de esas pruebas. Son quizás las primeras
pruebas de la larga y alegre vida que les deseamos, y espero que les sirvan como
precalentamiento.

El aplauso expresa, también, un reconocimiento a sus padres y madres, que creyeron
en ustedes y apostaron por este proyecto de formación en un marco de encuentro de
culturas. Acompañar a una hija o hijo en su paso por la Goethe-Schule requiere también
esfuerzo y tenacidad de los padres . Les deseo que sepan compartir con ellos ese aplauso
que se repetirá una y otra vez esta noche.

Detrás de cada uno de ustedes, además de sus padres, hubo una gran cantidad de
docentes. Cada uno de ellos supo reconocerlos, de distinta manera, por las capacidades
diversas con las que llegaban al aula y con las que había que trabajar. Mientras que
ustedes aprendían matemática, diversas lenguas, historia y geografía, además de
gimnasia y artes, ellos aprendían a quererlos. El aplauso entonces también premia a los
docentes que desde su ingreso en el Kindergarten hasta hace muy pocos días buscaron
en ustedes los talentos y fortalezas que fueron puliendo para hacerlos brillar, hacer que
llegasen a este día como diamantes bien “tallados”.

Además de los docentes estuvo todo el equipo ampliado del colegio, las mujeres
y hombres que con su esfuerzo y compromiso diario nos permiten disfrutar de estas
hermosas instalaciones. El aplauso entonces también es un dato de agradecimiento
hacia esa labor a menudo silenciosa pero siempre atenta a identificar sus necesidades y
darles un espacio que los ayude a hacer del aprender una buena experiencia.

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