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que éste sería el último
                        comienzo en Martínez.
                        El año 2006, junto a la
                        realización de un sueño
                        largamente albergado de
                        construir el edificio para
                        EGB 1 y 2 y para el Jar-
                        dín de Infantes en La
                        Horqueta, aunando, así,
                        toda la Goethe Schule en
                        un solo predio, traería le
                        nostalgia de la despedi-
                        da.
                           ¿Qué es una escuela
                        sin alumnos y docentes?
                        ¿Acaso no es sólo pare-
                        des, patios, bancos...?
                        Para algunos, es el fruto

                                                                               del esfuerzo de años,
                                                                               cuando en 1949 la co-
                                                                               munidad alemana com-
                                                                               pró una vieja casa en la
                                                                               calle Muñiz, de Martí-
                                                                               nez, y comenzó su adap-
                                                                               tación hasta transformar-
                                                                               la en escuela. Con el
                                                                               tiempo, fue cambiando.
                                                                               Aumentaba el alumnado
                                                                               y crecían sus espacios,
                                                                               se multiplicaban sus au-
                                                                               las...
                                                                                  Para todos ellos,
                                                                               alumnos, docentes, pa-
                                                                               dres, que vieron crecer
                                                                               esta escuela y fueron tes-
                                                                               tigos y hacedores de sus
                        cambios, es más que un edificio: es el testimonio de muchos momentos vividos, de sue-
                        ños compartidos, de secretos inolvidables.
                           Por eso, a la alegría del estreno del nuevo edificio más moderno y confortable, se
                        aunó la nostalgia de la despedida. De saber que cada acontecimiento que año a año se
                        repite en una escuela, será el último que tendrá lugar en la Escuela del Norte.

                                                                                 Sra. Ana Lía VÁZQUEZ



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