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Despedida a Werner Repert

               Hoy tengo una tarea difícil, despedir a un colega y amigo, Werner, y a su esposa Patri-
             cia. Para ello decidí expresar todos los sentimientos, pensamientos y anécdotas que nos
             unieron a los Repert durante estos seis años en Buenos Aires, contándoles primero cómo
             conocí a Werner.
               Llegó a Buenos Aires en el invierno de 1996, precisamente una semana antes de las va-
             caciones, presentándose como el futuro colega de arte; por supuesto hizo referencia a que
             sabía que yo, además de docente, era una artista plástica, y dejó también entrever que mi
             colega de ese momento se encontraba muy preocupado y cansado por lo caótico de su com-
             pañera, o sea yo. Nos volvimos a encontrar en esos días e intercambiamos ideas para ha-
             cer una exposición en Alemania antes de la partida de él y su familia hacia Argentina. Sie-
             te meses más tardes, ya ocupando su cargo en el colegio, contaría que a pesar de los co-
             mentarios se había llevado de aquella visita una impresión muy positiva del lugar.
               Desde su llegada a Buenos Aires el Pabellón de Arte se convirtió en lo que muchos fi-
             lósofos y científicos llamarían un CAOS, pero, por si quedan dudas, un CAOS CREATIVO.
             También esto creaba un poco de intranquilidad en Silvina, el caos se había multiplicado
             por dos. Los días martes nos reuníamos en los almuerzos, compartíamos nuestras charlas
             sobre el Arte Universal, y los artistas y movimientos en Alemania y Argentina, e intercam-
             biábamos ideas y proyectos. Siempre pensé que desde la cúpula del octógono saldría hu-
             mo muy blanco y denso, que eran nuestro pensamiento un tanto alquimista.
               Juntos festejamos los cien años del Colegio, y compartimos un proyecto con el artista
             plástico alemán IGADiM, "El Volcán Azul", esa piedra que Werner, tras muchos cálculos,
             logró armar con los alumnos en un invierno muy frío de 1997. La piedra de hormigón pin-
             tada de rojo partió a la Isla de Lanzarote un año más tarde, después de muchas marchas y
             contramarchas de parte de IGADiM. Eso sí, cuando la piedra no estuvo más en el jardín
             brindamos por la partida con la misma alegría del triunfo en una batalla, como los mos-
             queteros de los cuentos, "misión cumplida".
               También compartimos con nuestras familias vacaciones en Córdoba y en Brasil, donde
             su fantasía brindaba la posibilidad de escribir un libro. El relato: un profesor de arte de otras
             latitudes llegaba a esas playas y descubría ese paraíso, como el que él encontró al llegar a
             América del Sur.
               Werner es un excelente dibujante y pintor, y en todos estos años le pregunté muchas
             veces: ¿cuándo harás tu exposición? El último año, después de mucha insistencia, Werner
             nos dejó su muestra “Despidiéndome de Buenos Aires”, que fue un éxito. Nuestros alum-
             nos, padres, colegas y amigos fuimos espectadores de pinturas y dibujos donde retrató per-
             sonajes y paisajes de nuestra urbe. Él logró andar por la ciudad como un buceador de al-
             mas y descubrir nuestro sentimiento e identidad argentina.
               Werner y Patricia, llegó el momento, y desearía que volviéramos atrás las agujas del re-
             loj para que no partieran hacia Alemania este próximo verano, y para que, sobretodo vos,
             Werner, no tengas que padecer nuevamente a “colegas feministas”. Pero nada de esto pue-
             do hacer, así que, queridos Patricia y Werner, ya saben, el paraíso existe y es nuestra Ar-
             gentina, y el “mañana” tan característico de nuestro cotidiano hablar será el puente de tiem-
             po más breve que tendremos que atravesar para encontrarnos pronto, aquí o allá.

                                                                  Prof. Amalia PÉREZ MOLEK

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