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CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION 79
contribuyen con más de 100 pesos mensuales
al mantenimiento de una escuela particular. En
cambio la Cooperadora para ayudar a la Es-
cuela Nacional no llega a recolectar la cantidad
de 20 pesos por mes.» (Ver Apéndice).
«En la localidad de Villa Alba y parte de la
jurisdicción, excluyendo el elemento israelita
—dice el funcionario policial local—, los rusos-
alemanes forman un gran núcleo de población
y muchos de ellos, a pesar del gran número de
años que llevan radicados en la zona, hablan
con dificultad el idioma castellano y siempre
arraigados a las costumbres de su país de ori-
gen, pretenden que sus hijos continuert culti-
vando su mismo idioma y religión». A conti-
nuación dice el mismo funcionario, refiriéndose
a la escuela de «idioma y religión'>: «Esta es-
cuela también funciona en esta localidad y la
dirección de la misma es ejercida por el maestro
Martín Falkenber, de nacionalidad alemán, con
trece años de residencia en el país, y posee tí-
tuló expedido por el Instituto de Yitomir (Ucra-
nia), traducido al idioma castellano. Es sostenida
por la Sociedad Escolar Alemana (local) y la
Unión Germánica de Buenos Aires la ayuda
cuando los fondos de la sociedad no alcanzan.
El director y único maestro tiene una retribu-
ción de 175 pesos mensuales.»
En Winifreda, según el funcionario policial
de la localidad, informa que en el Lote 18 de
esa jurisdicción ha funcionado una escuela par-
ticular que carecía de autorización del Consejo
Nacional de Educación, la que es atendida por
el maestro José María Barxell, suizo alemán, y
sin título habilitante.
Comprobaciones del inspector de escuelas
Por su parte, el inspector A. Orellano ratifica
igualmente las comprobaciones realizadas por
el funcionario policial de Guatraché, afirmando:
«No funcionaba el día de mi visita —25 de oc-
tubre— porque parte de ese mes y de noviembre
se dedica exclusivamente a la preparación de los
niños que hacen la comunión. La inscripción es
de 38 niños de ambos sexos que asisten con regu-
laridad a la escuela nacional. Su director, el pas-
tor norteamericano Gustavo O. Crámer, mani-
fiesta que su misión es la de enseñar la religión
evangélica luterana solamente, y que lo hace en
idioma alemán porque los niños asistentes, hijos
de rusos de origen alemán, lo hablan con mayor
facilidad. Después de la comunión se reanudan
los cursos de enseñanza religiosa.» (Página 67).
En San José, existe una escuela de religión. El
inspector Orellano afirma que las clases se ira-