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MÓNICA BIAGGI - MONI, DE BIBLIOTECA
            La biblioteca siempre fue para mí el lugar más acogedor del colegio, quizás por eso
          casi siempre trabajé en biblioteca de profesores cuando me quedaba fuera de horario
          de clase.
            La  persona  que  lograba  hacer  de  la  biblioteca  no  solo  un  lugar  de  trabajo,  de
          lectura y de investigación era Mónica. Por un lado, mantenía el orden, cuidaba que no
          se hablara en voz alta, que los alumnos y alumnas se comportaran adecuadamente,
          que mantuvieran las formas de cordialidad y respeto. Por otro, generaba la sensación
          cálida de estar en un lugar más parecido a un hogar que a una casa de estudios.
            Pero Moni también podía ser una leona cuidando el patrimonio del colegio como
          si fuera propio. Y eso implicaba a menudo tener que renegar bastante. Que nada se
          perdiera, que todo estuviera en su lugar y listo para que pueda seguir circulando.
            Recuerdo  los  dúos  dinámicos  que  integraste  con  Nancy  y  posteriormente  con
          Carla Donadío, Melanie Mahler, Edith Rodríguez, Margarita Stecher, Rosario Dondo,
          Tamara Frabotta y últimamente con Margarita Jestrabek. Todas ellas te tienen mucho
          aprecio y algunas son tus amigas.
            Gracias  Moni  por  todas  esas  horas  compartidas  entre  cafés  y  galletitas,
          intercambiando  datos  culturales  y  otros  no  tanto.  Para  los  profesores  y  profesoras
          también es fundamental tener, entre tanto trajín, un lugar para estar, un lugar de
          encuentro, un momento de relajación.  Vos lograste que esto se diera en tu territorio.
          La  sala  de  profesores  era  ruidosa  y  carecía  de  esa  intimidad  que  se  creaba  en  la
          Biblioteca.
            Te deseamos que ahora que disponés del más escaso de los bienes, el tiempo, para
          compartir  con  tus  hijos  Máximo,  Martín  y  Juan  Pablo,  con  tus  cuatro  queridísimos
          nietos y tu inseparable e ilustrada hermana, Marta, disfrutes con ellos al máximo y te
          dediques con pasión a muchas actividades postergadas.
            Seguramente,  como  en  la  concepción  de  otro  bibliotecario,  Borges,  29  años  de
          Goethe-Schule serán, desde tu nueva realidad, la memoria de un sueño.
                                                                       Viviana Zientek



























                                       Ilustración de Melanie Mahler

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