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JOSEFINA AUGENSTEIN DE DELFINO

Me gustaría decir algunas palabras en homenaje a Josefina, palabras muy simples,
no formales, pero que fluyen directamente del corazón y que deseo compartir con
ustedes. En nuestra vida nos cruzamos con muchas personas y cada una de ellas
deja huellas en nosotros. Josefina ha dejado profundas huellas en nuestra Humboldt
Akademie, en nosotras, sus compañeras y en sus alumnos y alumnas.
Si pienso en Josefina recuerdo su sonrisa sincera y espontaneidad, como también
su enorme bolso lleno de libros y material con el que llegaba cada sábado a las clases
presenciales, para sorprender a sus alumnos y alumnas.
Sí, por aquí golosinas, un pequeño juguete o una letra de color, por allá alguna vela,
para que alguno de sus alumnos o alumnas la sople en su cumpleaños, aportando a
esos días de clase la alegría necesaria y tan importante para los niños y niñas.
Era tan lindo estar con ella en el aula y compartir sus clases. En ellas se escuchaba
una suave música de fondo en alemán, que junto a mucha luz y colores transformaban
el salón de clases en el lugar indicado para un aprendizaje caracterizado por la
motivación y el interés por el bienestar de los alumnos y alumnas. Aprender con
ganas y emoción, ese era su lema. Ella sabía que ese era el camino indicado para un
aprendizaje genuino.
Para las clases virtuales acondicionó una habitación de su casa, compró una pizarra,
la rodeó de carteles didácticos y la transformó en un aula para que sus alumnos y
alumnas se sintieran más cómodos.
Si recuerdo a Josefina como compañera y persona, no puedo dejar de mencionar
sus atributos: colaboradora, solidaria, respetuosa y siempre predispuesta a ayudar y
compartir momentos de diversa índole.
Para concluir estas palabras solo me resta decir: Qué hermoso y bueno fue que
nuestros caminos se cruzaran para tener la posibilidad de conocerte y disfrutar tiempo
con vos. Muchas gracias, Jose, ¡desde lo más profundo del corazón!

Cristina Groll

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