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nuestra  misión,  podremos  superarlos  juntos.  Si  realmente  vivimos  el  encuentro.
            Encuentro entendido como reconocimiento, comprensión y respuesta al otro.

               Uno se abre al otro a través del diálogo o del sentido común. Este sentido conecta
            como un vínculo común. Y debemos preservar siempre este vínculo, reforzarlo aún
            más, percibirlo como una fuerza positiva.

               En  este  sentido,  el  próximo  mundial  de  fútbol  puede  ser  un  buen  ejercicio.  Un
            ejercicio de apoyo mutuo cuando jugamos juntos, y de respeto mutuo si nuestros
            equipos tal vez son rivales en el campo. Tenemos un tema común, cada uno tiene sus
            propios puntos de vista y aspiraciones, pero nos comprendemos mutuamente.

               Por último, también debemos tener en cuenta que juntos hemos sido campeones
            de fútbol del mundo en seis ocasiones, después de todo, ¡una vez más que nuestro
            grande, hermoso y talentoso país vecino del nor-noreste! Y deberíamos mantener o
            incluso ampliar esta ventaja en un esfuerzo conjunto.
               Pero estoy desviándome: el encuentro en sentido real es el requisito para posibilitar
            nuevos éxitos de nuestra escuela. Porque los éxitos son numerosos. Entre ellos,
            •  que la Goethe-Schule se ha convertido en una de las escuelas alemanas más  importantes
               aquí en la Argentina;
            •  que la Goethe-Schule pudo dejar atrás los rigores de la política alemana de los años
              30 y 40; (Breve pausa publicitaria: en noviembre trataremos el tema de la historia
              de la Goethe-Schule con algo más de intensidad en una ronda de debate. Vengan
              muchos, ¡seguro será interesante!)
            •  que la Goethe-Schule pudo establecerse como la única escuela de bachillerato  alemán
               en la Argentina;
            •  que la Goethe-Schule también tiene un muy buen nivel de alemán en las clases de
               Deutsches Sprachdiplom (DSD); otras escuelas alemanas en el extranjero nos  envidian
               las cifras de quienes lograron sus diplomas;
            •  que la Goethe-Schule ha aprovechado los últimos años para desarrollarse  enormemente
               desde el punto de vista tecnológico y posicionarse así para el futuro próximo.
               Cuando pensamos en el colegio, siempre debemos tener presentes todos estos
            éxitos.  Pueden  enorgullecernos,  pero  también  es  una  obligación  para  nosotros
            preservar y continuar estos mismos éxitos.

               Porque como nuestro gran epónimo Johann Wolfgang von Goethe escribió antaño:
            “El que no avanza, retrocede”. Y con este espíritu, abordemos juntos los segundos 125
            años: para que nuestro árbol siga creciendo, extendiendo su copa y desarrollando un
            sistema unificado de raíces, ramas y hojas que combine solo las mejores cualidades
            de las dos influencias.

               ¡Cuento con todos ustedes! ¡Muchas gracias!

                                                                        Philipp Wehmann






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