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LA PRIMERA CAMADA DE INMERSIÓN RINDE LA
              PRUEBA COMPARATIVA INTERNACIONAL DE NIVEL A1

               En efecto, la inmersión es un largo camino que no discurre en línea recta, porque
            la adquisición de la lengua no sigue los principios de una ecuación matemática. Sin
            embargo, al final, se puede afirmar: la inmersión vale la pena.
               Cuando los actuales alumnos de 4° año de Primaria, que entonces formaban parte
            de la sala de 5 del Kindergarten, fueron la primera camada que inició la inmersión en
            grupos heterogéneos de idioma, en la Goethe-Schule no todos estaban convencidos
            del éxito del concepto.


            INMERSIÓN: MÁS QUE UNA ENSEÑANZA CONVENCIONAL.
            El enfoque de inmersión se conoce comúnmente como un “baño de lengua” en el
            que  los  niños  se  sumergen.  A  diferencia  de  la  enseñanza  convencional,  la  lengua
            no se enseña sistemáticamente, sino que se utiliza en las actividades cotidianas del
            Kindergarten  y  del  colegio  en  general;  es  a  la  vez  la  lengua  de  comunicación  y  la
            lengua de instrucción.
            La inmersión se basa en los fundamentos de la psicolingüística, que se ocupa, entre
            otras cosas, de la adquisición de las lenguas. Sabemos por estudios psicolingüísticos
            que  la  inmersión  se  aproxima  a  la  forma  en  que  una  persona  aprende  su  lengua
            materna.
            Suena  convincente,  pero...  ¿sería  suficiente  este  enfoque  para  enseñar  a  niños  sin
            antecedentes familiares de germanoparlantes junto con (los pocos) niños que crecen
            hablando  alemán  en  sus  respectivos  grupos  de  aprendizaje?  ¿Nuestros  alumnos
            sin vínculos familiares con el alemán en casa tendrían más éxito lingüístico con este
            concepto que en los grupos “F” (Fremdsprache: lengua extranjera) anteriores? Nuestra
            primera evaluación internacional con niños de inmersión demostró ahora lo que los
            maestros de aquellos grupos habían concluido hace tiempo: los niños de inmersión
            son  más  abiertos,  desinhibidos  y  productivos  con  la  lengua  alemana  y  tienen  un
            vocabulario más amplio. La prueba comparativa internacional de nivel A1. Este año,
            por  primera  vez,  esos  niños  de  inmersión  participaron  en  la  prueba  comparativa
            internacional de nivel A1 de la ZfA. Está dirigida a alumnos de 9 a 10 años de educación
            primaria  y  evalúa  las  competencias  de  lectura,  comprensión  oral,  expresión  oral  y
            escritura en el nivel A1. Así, la A1 es el primer hito importante en el camino hacia el DSD
            (Deutsches Sprachdiplom), que permite hacer un pronóstico sobre las capacidades
            lingüísticas de nuestro alumnado.
            Los resultados hablan por sí solos: la mayoría de nuestros alumnos de cuarto grado
            se  encuentra  en  el  nivel  A1:  el  99%  de  los  alumnos  en  al  menos  tres  de  las  cuatro
            subcompetencias, el 74% en las cuatro áreas de competencia.
            Comparando los grupos de inmersión con los alumnos “F” de 2019, se aprecian gratas
            mejoras sobre todo en las competencias productivas orales y escritas: el 85% de los
            niños aprobaron el examen escrito y el 94% el oral.
            Por lo tanto hemos conseguido uno de los objetivos que nos habíamos propuesto:
            una mejora lingüística de los alumnos que no tienen contacto con el alemán fuera
            de la escuela. Y esto a pesar de la pandemia, a pesar de un año entero de aprendizaje
            a distancia (con un cambio de libro de texto de alemán) y medio año en el sistema
            híbrido.


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