Page 49 -
P. 49
SALUDO DE DESPEDIDA A
RICARDO ECHEVERRÍA
Querido Eche,
Qué difícil es resumir en palabras tu paso por la Goethe-Schule. Todo resumen o
intento de síntesis sería injusto e imposible. El apellido Echeverría es sinónimo del
encuentro de culturas que identifica a la Goethe-Schule y que por estos días cumple
125 años desde la fecha de su fundación. Convertida ya en una escuela de derecho
argentino con un plan de estudios bicultural y trilingüe, la Goethe-Schule consolidó una
oferta pedagógica en la que la familia Echeverría participó activamente. Doña Elena,
la docente, y el secretario e incipiente actor Don Vicente, tus padres y bisabuelos de
Dante, Jazmín y Maia fueron determinantes en la consolidación de los planes de estudio
y la dirección pedagógica, cuyos logros podemos disfrutar hoy. Fuiste alumno y padre
de Maximiliano, de Juan Pablo –también docente de Educación Física del colegio– y
de Candelaria. Todos ellos fueron, a su vez, alumnos del colegio. Disfrutaste, viviste
y expresaste tu inquebrantable energía y convicción goetheana por impresionantes
48 años formando y educando, bregando por valores de convivencia basados en el
respeto, la solidaridad, la tolerancia y la justicia y promoviendo el desarrollo de miles
de alumnos en su singularidad que te vieron acompañar, dirigir y formar.
Cualquier descripción de recuerdo, afecto y reconocimiento quedará a medio
camino en las incontables anécdotas que has logrado sembrar en cada uno de tus
alumnos, que te nutrieron y te acompañaron con tanto respeto y afecto a lo largo de
casi medio siglo. Cuatro generaciones Echeverria confirman el nivel de integración
e identificación con un modelo de formación cercano al espíritu de los valores
identificados en el ideario de la Goethe-Schule.
El mayor premio es el que a diario recibís y seguirás recibiendo de parte de tus
alumnos, alumni, ahora pares y muchas veces amigos personales. Los espacios y las
paredes de la Goethe-Schule acompañarán el frecuente y familiar llamado de algún
alumno o alumna gritando a lo lejos: “Echeeeeee”.
Un gran e interminable abrazo y el inmenso agradecimiento en nombre de toda
la comunidad Goethe, en representación de tus alumnos, colegas, pares y exalumnos.
Como expresión de agradecimiento –detrás del cual hay una actitud que nace
del aprecio a lo que alguien ha hecho por nosotros, más que por el beneficio propio
recibido–, estas palabras: ¡infinitas gracias!
Tomas Loesch
47