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AMY HABIG
Amy llegó a Buenos Aires hace ocho años acompañada de su familia y dispuesta
a empezar una nueva etapa de su vida. Seis meses más tarde, ya estaba trabajando
en nuestra Goethe-Schule. A lo largo de estos años, quienes tuvimos el agrado de
conocer a Amy, pudimos apreciar la calidez y la dulzura con las que trata a sus alumnos
y colegas por igual.
Amy siempre fue una profesora muy dedicada con sus clases. Preparando y
planificando minuciosamente cada una de sus clases para que los estudiantes
pudieran aprender bien el inglés, su lengua materna; pero, además, preocupándose
por el bienestar de sus alumnos.
Lo primero que podemos notar en Amy es su curiosidad, cualidad que la llevó no
solo a aprender cosas nuevas constantemente, sino también a la aventura. A recorrer
distintos países, a relacionarse con gente de diferentes nacionalidades, a conocer
distintas culturas, a aceptar nuevos desafíos. Fue ese espíritu despierto y activo lo que
la llevó a salir de su Pensylvania natal y a vivir en Alemania, Egipto y Argentina.
Otras cualidades que se destacan en Amy son su compromiso e interés por los
temas sociales y de actualidad y su motivación e interés por estar siempre informada,
para así poder formar jóvenes comprometidos con el mundo. Además, siempre ha
mostrado una gran predisposición para participar en nuevos proyectos como las
CPA, el Recital Poético Metáforas o el Shakespeare School Rock, entre tantos otros
proyectos que pudimos compartir con ella, en los cuales demostró su gran pasión por
su trabajo y el cariño por sus alumnos.
Por último, y por sobre todas las cosas, quisiera destacar de Amy su compañerismo.
Ella siempre estuvo dispuesta a dar una mano en momentos críticos, a generar calma
en situaciones de tensión y a compartir la carga, que de a dos siempre es más liviana.
Hoy Amy deja su querida Argentina, la que recorrió tantas veces con su familia. Una
Argentina que amó y amará siempre por sus paisajes y por su gente. Pero la vida le da
otra oportunidad para animarse a la aventura, para empezar de nuevo en Alemania,
país que la espera con los brazos abiertos y en donde, seguramente, la espera un gran
futuro junto a su familia.
Amy, luego de tantos momentos y recuerdos compartidos que quedarán
guardados en la memoria, te deseamos lo mejor. Siempre. Y esperamos que la vida
nos vuelva a encontrar.
Mariana Ducros
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