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REFLEXIONES SOBRE
ALEXANDER VON HUMBOLDT

Este año se conmemora el natalicio de Alexander von Humboldt con publicaciones,
simposios, debates, proyectos internacionales y por supuesto con el abordaje en el
aula. En la Academia Humboldt cada curso, desde los más pequeños hasta los más
avanzados, participó en un proyecto didáctico sobre la base de la lectura, la investigación,
la literatura, la reflexión, el debate, la escritura creativa o la implementación de nuevas
tecnologías mediante actividades lúdicas.

Alexander von Humboldt, investigador de la naturaleza, descubridor e inventor,
modificó la mirada sobre el mundo y los paradigmas vigentes. Hablamos de un hombre
que reconoció grandes relaciones, que se establecen en la naturaleza y en la humanidad,
en los detalles más pequeños, que inspiró a Charles Darwin a cambiar el paradigma
científico con la teoría de la evolución, que sostuvo que la naturaleza y la cultura están
íntimamente entrelazadas y que descubrió, como precursor ecológico en su viaje por
América del Sur, el cambio climático como resultado del obrar del ser humano. Durante
dicho viaje se convirtió en un tenaz crítico del colonialismo. Humboldt no apoyaba ni la
supremacía de una nación sobre otra ni la esclavitud. Durante su exploración no solo
observó e investigó diferentes especies de aves, sobre todo el vuelo de los cóndores en
las alturas, sino que también realizó bocetos que posteriormente se transformaron en
productos que hoy conocemos, como la tinta indeleble, la medición de la temperatura
y la máscara de oxígeno, entre muchos otros.

No descubrió un nuevo continente como Cristóbal Colón ni un principio innovador de
la física como Isaac Newton. Simplemente describió desde otra cosmovisión el mundo
configurado entre el Río Orinoco y el Volcán Antisana, porque logró ver y comprender
en América del Sur la esencia que une a este mundo en su mayor profundidad.
Quisiera citar un pensamiento de Humboldt acorde a este último comentario: “La peor
cosmovisión es la de aquellos, quienes nunca observaron el mundo”. En alemán: „Am
schlimmsten ist die Weltanschauung derer, die die Welt nie angeschaut haben”.
Si bien Humboldt jamás conquistó las cimas del Antisana, del Cotopaxi o del
Chimborazo, sabía que ningún ser humano había logrado llegar tan lejos del centro de
la Tierra como él, pudiendo contemplar el mundo a 5.407 metros sobre el nivel del mar.
Sin embargo, llegó a ver más allá. En 1808 publicó el libro “Visiones de la naturaleza”.
Si leemos este libro, comprenderemos su metodología de investigación, su forma de
pensar, el significado de sus escritos sobre la flora y fauna.
La historiadora Andrea Wulf describe a Humboldt en su libro “La invención de
la naturaleza” como un explorador que descubrió el ecosistema, concepto aún
desconocido en la época, microcosmos, parte de una totalidad natural, en la que todos
sus componentes interactúan y están relacionados entre sí.

Otra de sus características dignas de mencionar es la siguiente: en sus obras,
Humboldt entrelazó sus conclusiones empíricas con sentimientos personales, con
el romanticismo, la poesía y el arte, influenciado por su amigo Johann Wolfgang von
Goethe.

Su primer bosquejo del Chimborazo dio a conocer once zonas climáticas,
simbolizando la Tierra misma. Humboldt plasmaba todo lo importante en una sola

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