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Estimados alumnos, estimados colegas, estimados miembros de la comunidad
escolar:
Hoy me presento ante ustedes para hablarles, por primera vez, como Director
General, en este acto de cierre de año. Es un gran placer para mí. La Goethe-Schule es
una escuela maravillosa. A todos nos puede dar mucho con todas las posibilidades que
ofrece. Y ser parte de este colegio y de esta comunidad es algo que puede llenarnos de
orgullo.
Nos hemos encontrado, a lo largo de este año, numerosas veces con la figura
de Alexander von Humboldt, con motivo de su 250º aniversario. Humboldt fue un
investigador entusiasta que coleccionaba y examinaba, analizaba, interpretaba y
describía todo lo que caía en sus manos. ¡Todo le interesaba! Relacionó fenómenos y
a la mayoría de sus contemporáneos les parecieron asociaciones completamente
absurdas. Al final de su vida escribió de una manera admirable y con mucho éxito, una
obra de cinco volúmenes en la que resumió todo lo que había experimentado, leído y
recopilado a lo largo de su vida. Combinó las ciencias naturales con la poesía, la pintura,
la agricultura, la política y las sensaciones. Esto hace que su obra sea tan especial. Es
llamativo que como científico también se interesara en las artes, con excepción de la
música, con la que extrañamente, no tenía afinidad.
¿Por qué les cuento todo esto? Porque creo que en cada uno de nosotros hay un
pequeño Humboldt. Puede ser que nuestro pequeño Humboldt no sea tan genial, pero
posee la curiosidad que nos permite tener los ojos abiertos para abordar proyectos
interesantes y ampliar nuestros horizontes. Esta curiosidad es la que tenemos que
cultivar, no se toma tres meses de pausa. ¡Tenemos que encarar la materia, ocuparnos
realmente de ella y lidiar con ella! ¡Y así podremos sacar al pequeño Humboldt de nuestro
interior, desarrollándonos, haciendo avanzar nuestro entorno, moviendo el mundo!
Han completado, nuevamente, un año escolar, a menudo con la seriedad que esto
requiere, y a veces quizás, no tanto. Han trabajado en proyectos, han estudiado para
las pruebas, han tenido materias que posiblemente les interesaban, y a veces quizás
no tanto. Todo esto ha sido, ciertamente, cansador y a veces quizás no tanto. Pero el
esfuerzo es tan necesario como la curiosidad, sin esfuerzo no se consigue nada. Cada
uno de nosotros sabe cuánto se ha esforzado. Cada uno de nosotros sabe cuánto se
esfuerzan sus padres para que ustedes puedan esforzarse aquí. Alexander von Humboldt
también tuvo que esforzarse para lograr todo lo que se había propuesto, y viendo sus
logros podemos percibir todo lo que nosotros podríamos lograr. Siempre debemos ser
conscientes de esta posibilidad.
Quiero felicitarlos por haber logrado metas importantes en este año escolar.
¡Mantengan los ojos abiertos! ¡Piensen en sus metas para el próximo año! Enfóquense
en estos objetivos para que en el próximo año puedan seguir trabajando con
concentración en escalar nuevas cimas que se desafíen su potencial y se correspondan
con sus expectativas. Les deseo unas maravillosas vacaciones y un buen descanso, y
piensen en el pequeño Humboldt que cada uno lleva en su espíritu y en su corazón, y
que, sin duda, les deparará muchas experiencias emocionantes durante sus vacaciones.
¡Muchísimas gracias!
Philipp Wehmann
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