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Estimados alumnos, docentes, personal no
docente, directores, padres, autoridades de la Comisión
Directiva, amigos.
¡Estamos en los albores de una nueva era! El mundo
experimentará una transformación radical, única, sin
precedentes en la historia de la humanidad. Donde la
tecnología es la gran protagonista, la materia prima, el
combustible que alimenta y altera significativamente
nuestras formas de vida, de relación y aprendizaje.
Existe un gran consenso en el ambiente científico
que será esta, la próxima década a iniciarse en
Juan Waehner pocas semanas, la década de oro de la disrupción
total y del auge tecnológico. Los autos eléctricos, la
conducción autónoma, las energías renovables, la biotecnología, medicina digital,
la exploración espacial, la robótica y muy especialmente, la inteligencia artificial que
cruza y alimenta todas las áreas, generarán un crecimiento exponencial y convergente
nunca antes visto con consecuencias inimaginables. Indudablemente, disciplinas como
la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas motorizan y potencian estos cambios
desarrollando habilidades como el juicio crítico, la capacidad de análisis, el pensamiento
abstracto y la resolución de problemas complejos. Son las habilidades más relevantes,
más demandadas y mejor pagadas en todo el planeta.
En la Goethe-Schule acompañamos esta visión e impulsamos por ello actividades
comola programación, la robótica, las metodologías ágiles, la capacitación con Digital
House, la astronomía, el Innofest y las pasantías, entre otras. En esta Institución
procuramos que todos nuestros alumnos egresen con las mejores calificaciones
y capacidades con el fin de poder estudiar en cualquier universidad importante del
mundo y ser exitosos. Estas habilidades, reitero, son absolutamente esenciales y
necesarias, pero… ¿serán suficientes para esta nueva etapa?
Muchos pensadores, entre ellos el alemán Gerd Leonhard, el filósofo coreano
residente en Berlín, Byung Chul Han, y el historiador israelí Yuval Noah Harari, opinan,
sin embargo, que el avance inescrupuloso de los algoritmos, la robótica y la tecnología
nos llevan a una dictadura digital y podrían propiciar el fin de la raza humana. Que,
paradójicamente en la era de la hiperconectividad, nunca antes el ser humano estuvo
tan desconectado de la naturaleza, de la comunidad y muy especialmente, de sí mismo.
Que hay un vacío existencial que arrecia en forma creciente a millones de personas
con evidencias empíricas como la ansiedad, la soledad, la depresión y la insatisfacción
laboral en todo el mundo.
Si queremos salvar el planeta, debemos desarrollar imperativamente capacidades
sociales y emocionales – empatía, comunicación, el arte de conversar, el juego, la
solidaridad, la creatividad, la ética y una actitud que desborde de entusiasmo-, aquellas
habilidades que no aparecen en ningún CV y no hay institución académica en el mundo
que las acredite.
En la Goethe-Schule, sensibles a estas tendencias, motivamos los proyectos sociales,
deportivos, artísticos y musicales, la oratoria e incluso la meditación, el mindfulness y
la enseñanza del lenguaje emocional y corporal en Kindergarten y primeros años de
primaria. Cabe entonces la pregunta, ¿qué es más importante? ¿Formar profesionales
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