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CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
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Se registran casos, como en el de la embajada
cíe Alemania, donde las categorías de cotizantes
alcanzan a 13, pues se incluyen los pertenecien-
tes al gremio de gastronómicos.
Número (le cotizantes
En un capítulo precedente se ha llamado la
atención sobre las inexactitudes de los datos
suministrados por los dirigentes de la unión y
las registradas en sus mismos documentos ofi-
ciales, en cuanto concierne al número de afilia-
dos con que cuenta la entidad. Resultan igual-
mente falsos los que se refieren al manejo de
los recursos de la Unión Alemana de Gremios.
Si se repara en el escaso número de afiliados
cotizantes, teniendo en cuenta las informaciones
oficiales de la entidad, en el año 1936, el pro-
medio mensual era de 1.603, en 1939, de 230, y en
1940, de 200. No obstante, las entradas que de-
nuncia la pericia contable y las comprobaciones
bancarias, demuestran que la relación entre el
número de cotizantes y los ingresos es extraor-
dinariamente desproporcionada.
El «conductor del grupo argentino)' de la
Unión Alemana de Gremios, señor Schriefer,
declara en el seno de la comisión que cobran al-
go más de $ 10. 000 mm. mensuales y el término
medio de las cotizaciones alcanza de $ 1,80 a
S 1,90 mm., con un número de afiliados que
llega a 8.500. Esta última declaración evidencia
que los datos suministrados al Departamento
Nacional del Trabajo son totalmente falsos, pues
mientras declara que ingresan mensualmente
algo más de $ 10.000 mm. por concepto de
cotizaciones, en las constancias de la menciona-
da repartición nacional aparecen denunciados
como cotizantes, en 1940, sólo un promedio
mensual de 200 afiliados. Este número de coti-
zantes tan ínfimo, sobre una cantidad mucho
mayor de 10.000 miembros, no puede justificar
un ingreso de más de $ 10.000 mm. mensuales,
aun en el supuesto de que se les aplicara a
aquéllos la cuota máxima de S 8 moneda na-
cional.
Este ocultamiento sistemático de la verdad
que caracteriza todos los actos y manifestacio-
nes de los dirigentes nacionalsocialistas, auto-
riza en este caso a presumir que ella lleva im-
plícito, si no un propósito doloso, cuando menos
el de disimular la verdadera importancia de la
organización.
LL.-