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CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
móviles de penetración política o alentadas por
principios contrarios a la soberanía nacional.
Era, en puridad, el deseo de no sentirse defini-
tivamente alejados de sus países de origen, man-
teniendo, a través de los hijos, el nexo común
del idioma.
La difusión de la escuela argentina neutralizó
ese deseo, y puede decirse que los contingentes
inmigratorios más importantes han termina-
do por identificarse con el país y sus institu-
ciones, envían sus niños a las aulas nacionales
y responden con trabajo y lealtad a la hospita-
lidad argentina. Este es un hecho trascendental
e indiscutible, y la nación lo reconoce y aprecia
en toda su inmensa significación.
En la última década, acontecimientos políti-
cos y sociales registrados en el viejo continente,
con la instauración en ciertos países de gobier-
nos de tipo totalitario o dictatorial, tuvieron su
repercsión entre nosotros, fenómeno agravado en
los últimos años por la ingerencia que esos re-
gímenes pretenden ejercer en otros países y por
la influencia psicológica que sus prédicas y,
recientemente, los hechos bélicos, tienen sobre
determinadas colectividades. Una de las más in-
fluídas es, sin duda, la alemana, por motivos
relacionados con sucesos de su país y, sobre todo,
por la coacción que sobre ella ejerce la repre-
sentación diplomática y consular del Reich, con-
vertida en activo foco de propaganda del na-
zismo y en fría ejecutora de las órdenes que
recibe.
La investigación realizada en cuanto atañe a
las escuelas, demuestra palmariamente esa in-
tervención oficial y la sujeción de las mismas
a una organización que responde a la embajada
de Alemania, como ésta, a su vez, de las auto-
ridades de Berlín. La calidad y el carácter de
la instrucción impartida; el afán de inculcar a
los niños una enseñanza semejante a la que se
le suministra en Alemania, incluso mediante la
selección del magisterio allá adoctrinado y ex-
perimentado; la prolongación de la acción espe-
cíficamente escolar en entidades propias del par-
tido nazi; el despreciativo olvido de las regla-
mentaciones argentinas y la constante violación
de sus disposiciones en materia de programas,
temas y textos didácticos —como se evidencia en
constancias emanadas del Consejo Nacional de
,Educación, obligado a adoptar severas medidas
en algunos casos—; la casi absoluta exclusión,
intencionada y calculada, de una educación na-
cionalista, para dar primacía a asuntos que exal-
ten a personajes del nazismo, sus hechos y pro-
pósitos, revelan cuán perentorio es replantear el