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64	                     CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION

                                                             ce el maestro. «Señor Maestro,, grita
                                                             ella, mi hombre manda decir que el
                                                             Führer atravesará nuestro pueblo.
                                                             Cuando llega el Führer, le cantamos
                                                             nuestra canción: «Ahí está el Führer,
                                                             Salve Heil,.
                                                          26: «El Flilirer viene,. «Hoy viene el
                                                             Führer en aeroplanos. Allí lo espera
                                                             Reinhold bien adelante, al lado de un
                                                             un hombre de la S. A. «Ahí llega,.
                                                             El Führer desciende. Heil! Heil! Hit-
                                                             ler,. «Adolfo Hitler, saluda amistosa-
                                                             mente. Entonces Reinhold no puede
                                                             contenerse más. Corre por la plaza
                                                             hacia el Führer y le extiende la mano.
                                                             Este se ríe y le da la mano y, tomado
                                                             de ella, se dirige al auto,.
                                                          27: «La voz del Fithrer,. «El pequeño
                                                             Gerhard no ha oído aún la voz del
                                                             Führer Adolfo Hitler. Una vez lo lla-
                                                             mó el padre y dijo: ,Gerhard, pon
                                                             atención, el FiJ.hrer habla a la juven-
                                                             tud alemana,. Algunas palabras él re-
                                                             cuerda; son estas: «Tenéis que ser per-
                                                             severantes,, «Tenéis que ser valien-
                                                             tes,, «Tenéis que formar entre vos-
                                                             otros una única espléndida camara-
                                                             dería,.
                                                          28: «Cómo rió Dieter al Führer,. «Nos-
                                                             otros via: irnos a Kladow. El tío Car-
                                                             los me ia contado una vez, que el
                                                             Fiihrer a menudo va a Kladow. El pa-
                                                             dre dice: «el hombre en la rueda del
                                                             timón tiene un servicio pesado. Una
                                                             mujer corre por la esquina y grita
                                                             fuerte: «Heil! Hitler! Hitler! Hitler,
                                                             ahí en el auto. Dieter ha visto bien a
                                                             Adolfo Hitler. «¿Adónde ha ido el
                                                             Führer?,, pregunta Gerhard al padre:
                                                             «El Führer visita aquí, a menudo, al
                                                             Dr. Goebbels, que vive al lado, en una
                                                             Jinda casa. Ahora se llegan todos al
                                                             portón: Heil! Heil!,, gritan todos. El
                                                             Fülirer se acerca y sonríe,.
                                                          32:. La bandera de la casa número 8.
                                                              ,,Por qué flamea en la casa de en-
                                                             ¿rente la bandera? Es la casa núm'
                                                             ro 8. Corre ligero acercándose y se
                                                             detiene delante de un recinto. Al lado
                                                             derecho hay una cama y arriba de la
                                                             cama cuelga un gran cuadro: «El Füh-
                                                             Ter,, pronuncia Ilse. ¿Cómo viniste
                                                             aquí, Ilse?,. «nosotros nos hemos afli-
                                                             gido y te hemos buscado por todas
                                                             partes,. «No te enojes, hermana Gre-
                                                             tel, yo quería tan sólo saber por qué
                                                             está la bandera en esta casa y p01' ello
                                                             salí,. «Bien: ¿ahora sabés por qué?»
                                                             «No, verdaderamente, no,,, contesta
                                                             suavemente use. Entonces dice la her-
                                                             mano Gretel: En esfo cuarto fné troj-
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