Page 125 -
P. 125
64 CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
ce el maestro. «Señor Maestro,, grita
ella, mi hombre manda decir que el
Führer atravesará nuestro pueblo.
Cuando llega el Führer, le cantamos
nuestra canción: «Ahí está el Führer,
Salve Heil,.
26: «El Flilirer viene,. «Hoy viene el
Führer en aeroplanos. Allí lo espera
Reinhold bien adelante, al lado de un
un hombre de la S. A. «Ahí llega,.
El Führer desciende. Heil! Heil! Hit-
ler,. «Adolfo Hitler, saluda amistosa-
mente. Entonces Reinhold no puede
contenerse más. Corre por la plaza
hacia el Führer y le extiende la mano.
Este se ríe y le da la mano y, tomado
de ella, se dirige al auto,.
27: «La voz del Fithrer,. «El pequeño
Gerhard no ha oído aún la voz del
Führer Adolfo Hitler. Una vez lo lla-
mó el padre y dijo: ,Gerhard, pon
atención, el FiJ.hrer habla a la juven-
tud alemana,. Algunas palabras él re-
cuerda; son estas: «Tenéis que ser per-
severantes,, «Tenéis que ser valien-
tes,, «Tenéis que formar entre vos-
otros una única espléndida camara-
dería,.
28: «Cómo rió Dieter al Führer,. «Nos-
otros via: irnos a Kladow. El tío Car-
los me ia contado una vez, que el
Fiihrer a menudo va a Kladow. El pa-
dre dice: «el hombre en la rueda del
timón tiene un servicio pesado. Una
mujer corre por la esquina y grita
fuerte: «Heil! Hitler! Hitler! Hitler,
ahí en el auto. Dieter ha visto bien a
Adolfo Hitler. «¿Adónde ha ido el
Führer?,, pregunta Gerhard al padre:
«El Führer visita aquí, a menudo, al
Dr. Goebbels, que vive al lado, en una
Jinda casa. Ahora se llegan todos al
portón: Heil! Heil!,, gritan todos. El
Fülirer se acerca y sonríe,.
32:. La bandera de la casa número 8.
,,Por qué flamea en la casa de en-
¿rente la bandera? Es la casa núm'
ro 8. Corre ligero acercándose y se
detiene delante de un recinto. Al lado
derecho hay una cama y arriba de la
cama cuelga un gran cuadro: «El Füh-
Ter,, pronuncia Ilse. ¿Cómo viniste
aquí, Ilse?,. «nosotros nos hemos afli-
gido y te hemos buscado por todas
partes,. «No te enojes, hermana Gre-
tel, yo quería tan sólo saber por qué
está la bandera en esta casa y p01' ello
salí,. «Bien: ¿ahora sabés por qué?»
«No, verdaderamente, no,,, contesta
suavemente use. Entonces dice la her-
mano Gretel: En esfo cuarto fné troj-