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CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION
Pregunta: ¿Se trata de funcionarios públicos?
Sr. Sternstein. - Los tres son funcionarios públicos.
Pregunta: ¿Cómo se entiende usted con la Deutsche
N.chrichten Büro en Berlín?
Sr. Sternste2n. - Yo me comunico con Berlín por
cartas aéreas, teléfono o telégrafo.
Pregunta: ¿A cuánto ascienden los gastos mensua-
les por estas comunicaciones?
Sr. Sternsteín. - En el último mes, julio, llegaren
a 23.000 pesos.
Pregunta: ¿Dónde fueron pagados?
Sr. Sternstejn. - Directamente en Alemania.
Agregó el señor Sternstein que él no tiene en
el país ningún programa especial de trabajo, pe-
ro que debe hacer para la Deutsche Nachrichten
Büro una relación de los principales aconteci-
mientos políticos y económicos de la Argentina.
Se trata, pues, en el caso del Correo Periodís-
tico Sudamericano, de otro exponente típico,
perfectamente documentado, de propaganda an-
tiargentina realizada por cuenta del gobierno
de Alemania.
Probado por el informe de los contadores que
solamente en el renglón de sueldos los gastos
de la Transocean exceden de 13.000 pesos, casi
resulta innecesario añadir otras consideraciones
para destacar la naturaleza de las declaraciones
prestadas por el señor Von Simons y el señor
Tjarks. En realidad, los gastos de esta agencia
de propaganda totalitaria ascienden a 30.000
pesos por mes, costeados, íntegramente, desde
Alemania, con lo cual queda dicho que es el
gobierno de aquella Nación quien sostiene a
ese organismo, dedicado a difundir en el país,
procurando que se publiquen, noticias y comen-
tarios que son, según se comprueba por los
originales distribuídos y la reproducción de los
mismos en algunos diarios, contrarios al régi-
men institucional argentino y agréivos paró
naciones amigas. En consecuencia, la comisión
estima que las llamadas agencias periodísticas'
Trasocean y el Correo Periodístico Sudameri-
cano deben ser consideradas a este efecto como
simples instrumentos políticos de Alemania y
que la responsabilidad sobre las actividades que
las mismas desarrollan recaen directamente en
el gobierno de aquella Nación y sus represen-
tantes en el país, puesto que, dado el sistema
de gobierno imperante en el Reich, resultaría
ingenuo argumentar que se puede escribir una
sola línea o destinar un solo centavo a cual-
quier clase de propaganda o actividades, si no
existe previamente la orden oficial o gu.berna-
tiva que así lo disponga.
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