Page 288 -
P. 288

ALEJANDRA ULRICH
                                  “Lo cortés no quita lo valiente”, esa es una de las frases
                               de  cabecera  de  Alejandra.  Y  pensando  en  las  palabras  que
                               escribiría para despedir a nuestra colega y a mi gran amiga,
                               llegué a la conclusión que justamente son estas palabras las
                               que definen en gran medida la esencia de Alejandra. Ella es
                               cortés y valiente.
                                  Cortés porque todo lo encara con una sonrisa y desde la
                               empatía, con una mirada constructiva, dispuesta a encontrar
                               siempre consensos y proponer soluciones, escuchando a los
                               demás,  dispuesta a dar una mano y ayudar. Esto se refleja en
                               su trato con los alumnos que le devuelven una sonrisa genuina
          cargada de afecto su alegre jovialidad y lo vemos todos los que nos cruzamos con ella
          en nuestro quehacer diario. ¿Quién no conoce a Alejandra y su espontánea manera
          de socializar con los demás, entrando a una oficina, compartiendo una charla en un
          pasillo o una taza de café en la sala de profesores? Siempre nos muestra ese lado
          amable y no es una fachada, forma parte de su esencia y su necesidad de desarrollarse
          en un entorno positivo y armonioso, sin estridencias.
            Por otro lado tenemos a una Alejandra trabajadora, creativa, hacedora que no le
          escapa a nuevos desafíos, ya sean elegidos por ella misma o que resulten de su trabajo.
          Fue directora de la Humboldt-Akademie, del Lehrerseminar, docente de alemán en
          la  Universidad  Tecnológica  Nacional,  docente  en  primaria  y  secundaria,  profesora
          consejera, entusiasta acompañante en viajes escolares y finalmente gran gestora en
          la Semana de Proyectos por los 125 años de nuestro colegio, una tarea nada fácil por
          cierto. Pocas cosas le quedaron por hacer en su carrera. De modo que te podés retirar
          contenta y satisfecha, Ale querida, luego de una larga y fecunda trayectoria laboral,
          plena de enseñanzas, aprendizajes y logros obtenidos.
            Y ahora llegamos a la Alejandra valiente, que siempre sabe escuchar otros puntos
          de vista y defender su propia postura, su opinión, de manera firme, pero cortés. Sabe
          decir  que  no,  repreguntar,  cuestionar,  pero  siempre  desde  la  empatía  y  con  el  fin
          de encontrar una mirada superadora que satisfaga a todos. Y eso no es poca cosa.
          Valiente también por su manera de encarar la vida, perseguir sus sueños y lograr sus
          metas. Un gran ejemplo para mi y seguramente para muchos.
            Y como siempre digo, el colegio es un lugar increíble para aprender y enseñar.
          Aprenden los chicos, aprendemos los grandes. Es un lugar de encuentro maravilloso,
          donde convergen distintas ideas, distintas edades, distintas culturas, distintas raíces
          y distintos idiomas. No en muchos lugares de trabajo encontramos tantos matices,
          tanta  riqueza.  Y  yo,  Alejandra,  me  quedo  con  un  montón  de  enseñanzas  tuyas:  tu
          sentido del humor, tu alegría, tu compañerismo, tu solidaridad, tu cordialidad y tu
          calidez, tu capacidad de gestión, por mencionar solo algunas. Con nadie en el colegio
          compartí tantas experiencias, tantas anécdotas, tantos lindos momentos y recuerdos.
          Por eso yo personalmente te voy a extrañar mucho. Nos vas a faltar, cuando en un
          futuro no veamos tu sonrisa o escuchemos tu animada charla en los rincones de la
          Goethe-Schule o a las “Chicas Deutsch” no nos llegue un importante recordatorio de
          último momento por Whatsapp.
            Termina una gran etapa pero empieza otra maravillosa, que irás conquistando con
          tu naturaleza alegre y positiva, siempre bien predispuesta y que te deparará muchas
          y merecidas satisfacciones luego de una intensa y extensa etapa laboral. Tu misión en
          el colegio la cumpliste con creces. Te deseamos todo lo mejor hoy y siempre.
                                                                     Susanne Hoepner
                                              290
   283   284   285   286   287   288   289   290   291   292   293