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CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION 	                          37

                                                   del desgraciado fin de la guerra se añadió la vuelta
                                                   de la vieja discordia: marxistas y bolcheviques aspi-
                                                   raron a la dirección de la colonia en Buenos Aires:
                                                   varios bolcheviques de salón, del Club Alemán, estu-
                                                   vieron a su lado. Tales círculos convirtieron el grupo
                                                   local Buenos Aires de la Unión Germánica en su
                                                   campo de juego, hasta echar sombra con sus actua-
                                                   ciones sobre el Parlamento de Weimar.
                                                     Agrega que terminaron, en fin, cuando un buen
                                                   día un diario hizo estenografiarlos y publicarlos sin
                                                   comentario alguno. No obstante —prosigue--- que el
                                                   embrujo marxista-bolchevique en Buenos Aires ha-
                                                   bía sido extirpado pronto, la Unión Germánica no
                                                  se pudo sanear en los años siguientes de la crisis:
                                                   había desaparecido la confianza: los expulsados pro-
                                                   testaron, y un diario impreso en alemán luchó abier-
                                                   tamente en contra del desarrollo de la Unión Ger-
                                                   mánica, a la que instigadores ajenos al pueblo y al
                                                   esp íritu alemán volvieron a nonor siem pre obstácu-
                                                   los. A pesar de ello, la Unión Germánica consiquió
                                                   entrar en relaciones estrechas con aíran los  arqentinos
                                                   y con el gobierno p también, la dirección de 7 Unión
                                                  Germánica se mostró, en muchos asuntos de los co-
                                                   lonos, como consejera  p protectora. Luego de deta-
                                                  lles agradables, sobre los cuales no se puede infor-
                                                  mar en este lugar más detalladamente, el presidente
                                                  honorario de la Unión Germánica termina diciendo:
                                                  .Las condiciones para el florecimiento de la Unión
                                                  Germánica se han hecho hoy día mucho mejores: la
                                                  idea de la comunidad cultural germana, que en los
                                                  tiempos de la fundación de la unión era todavía
                                                  nueva, y después del desgraciado final de la guerra,
                                                  no era suficientemente viable, ha encontrado luego
                                                  del advenimiento de Adolfo Hitler, en los hombres
                                                  de descendencia germana, una aceptación de manera
                                                  tal, que antes no se hubiera considerado posible. Y el
                                                  reconocimiento de esa tesis y de la invulnerabilidad
                                                  del esp íritu cultural empieza también a encontrar
                                                  difusión entre otros pueblos. De este modo se espera
                                                  Que la violación de esa modalidad cultural por razo-
                                                  nes políticas, no podrá ejercerse a breve o largo
                                                  p]azo.
                                                     El dirigente de la Unión Germánica, doctor Wil-
                                                  hcrn Lütge, señala en el nuevo anuario, en forma
                                                  especial, la ayuda al Chaco, que demostró cuán
                                                  fuerte es la camaradería de los compatriotas alema-
                                                  nes en el país. En pocas semanas se consiguieron
                                                  más de 5.000 pesos, que fueron enviados por inter-
                                                  medio de la Sociedad Alemana de Beneficencia a
                                                  aquella región, a fin de aliviar allí las más amargas
                                                  necesidades,.

                                                        Ponderación del racismo germano

                                                    La ponderación del racismo germano consti-
                                                  tuya fundamental preocupación en todos los
                                                  Prog ramas de Invierno. En el de 1935, apare-
                                                  ce un artículo titulado  «Nuestra insignia esco-
                                                  lar», cuyo párrafo final afirma:  «No olvidéis
                                                  que vosotros por comunidad con nuestras es-
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