Page 355 -
P. 355

EL VIAJE A MENDOZA, LA MIRADA DE UN ALUMNO
                          REDESCUBRIRNOS EN UN VIAJE CASI INESPERADO

               Este viaje de egresados, además de ser muy importante para nosotros ya por lo
            que significa, fue también importante dado este contexto de pandemia y esta nueva
            normalidad  tan  cansadora,  en  donde  nosotros  incluso  no  veíamos  viable  hacer  un
            viaje como tal. Cuando lo trajeron de vuelta a la mesa, encontramos no sólo algo que
            veníamos esperando desde hace años, sino también una chance de poder relajarnos
            y cerrar el año de una linda manera.
               Ya en Mendoza, todo se dio de una forma espectacular. Los distintos hospedajes
            fueron siempre muy acogedores, las actividades fueron increíbles tanto para divertirse
            como para aprender. Hubo un perfecto balance entre las actividades más extremas,
            donde la acción y las risas eran protagonistas, y las actividades tal vez más tranquilas,
            de  aprendizaje  o  incluso  espirituales  como  fue  la  visita  al  Aconcagua  con  Tommy
            Heinrich, que nos dió una charla muy profunda e interesante que nos dejó a todos
            reflexionando.

               Pero, si bien todo lo anterior fue increíble, creo que lo que más me llevo de esta
            experiencia, y me atrevo a decir que los demás también, es la conexión que tuvimos
            no sólo entre nosotros los alumnos y alumnas, sino también con los profesores. Fue
            una oportunidad de conocernos de otra forma, una más cercana y personal quizá,
            con más confianza, conviviendo nuestro día a día por doce días, compartiendo cada
            comida, cada actividad y muchos momentos únicos, como la noche de karaoke, con
            Philipp cantando “99 Luftballons” a más no poder, o Joaco bailando al ritmo de “La
            mano de dios” tirando unos pasos bien de cuarteto. Nunca pensamos verlos de esta
            forma.  Para  nosotros  eran  únicamente  profesores.  Eran  esa  persona  que  veíamos
            una hora al día para discutir y aprender sobre historia, biología, matemática, filosofía,
            alemán, etc., y con este viaje pudimos conocer a la persona detrás de eso. Y, por último,
            también tuvimos la oportunidad de hacer un último fogón, como solíamos hacer en
            los  campamentos,  compartiendo  nuestros  talentos,  muchas  risas  y  un  momento
            muy emotivo, despidiéndonos de algo que fue parte nuestra por todos estos años
            de  escolaridad.  Fue  la  manera  perfecta  de  cerrar  esta  etapa  de  nuestras  vidas,  de
            despedirnos, y todos nos sentimos muy agradecidos. ¡Gracias!

                                                                             Tomás Hevia
                                                                         alumno de 6° año D


















                                                 353
   350   351   352   353   354   355   356   357   358   359   360