Belgrano | Fin de siglo XIX
Historia del Barrio de Belgrano
En la época colonial, Belgrano era conocida con el nombre de Partido de los Montes Grandes, Pago de los Montes o de la Costa de Monte Grande y abarcaba una legua de tierra adentro del río, entre el ejido urbano (delimitado por el Arroyo Maldonado, hoy Av. Juan B. Justo) y el Río las Conchas. Dentro de los Montes Grandes se encontraba lo que más tarde sería el Partido de San Isidro y por supuesto lo que sería Belgrano.
Como tantas, la zona, antes de llamarse Belgrano, era hija del camino.
El «Camino Real», ocasionalmente llamado «Camino del Alto» mas tarde «25 de Mayo» y finalmente «Cabildo» era paso obligado al intenso tránsito que se realizaba hacia las ciudades norteñas y para el traslado de «conchilla» (material calcáreo para la construcción) desde » La Calera » hacia el centro.
Sobre el Camino Real, se encontraba una famosa pulpería: «La Blanqueada» (en la intersección de las actuales Pampa – ex Moreno- y Cabildo), almacén criollo, parador obligado y rodeado de caserío, tal como aparece en un plano levantado entre 1848 y 1850 por el francés Adolfo Sourdeuax.
La Calera, era un horno para producir cal a partir de material calizo del lugar, instalado por sacerdotes franciscanos, ubicado en los campos comprendidos pos las actuales Avenida Luis María Campos, de Sucre a Juramento y que por extensión daba nombre a la zona.
Corría el mes de noviembre de 1855, y Valentín Alsina, ministro del gobernador de la provincia de Buenos Aires, recibía a un grupo de vecinos de San José de Flores que estaban hastiados de tener que trasladarse hasta dicha localidad para llevar a cabo cualquier tipo de trámite administrativo. La solicitud no era fortuita, ya que Alsina habitaba además en las tierras de aquel distrito conocido como La Calera, por la existencia de un establecimiento dedicado a la extracción de cal, ubicado en lo que hoy sería la avenida Luis María Campos, entre Juramento y Mariscal Antonio José de Sucre. Alsina no sólo vio con buenos ojos el pedido realizado al gobierno de la provincia de Buenos Aires sino que fue el principal promotor e impulsor del proyecto. Y más aún cuando quedó al frente de la gobernación, en 1857.
El trazado del pueblo fue preparado por el Departamento Topográfico y llevado a cabo por su propio director, don Saturnino Salas. El 6 de diciembre de ese mismo año vio la luz un Decreto de aprobación del proyecto. Podría decirse que ese día fue el de la fundación jurídica. El pueblo se llamaría Belgrano, en un demorado homenaje al creador de la bandera. Más de treinta años de atraso tuvo el homenaje, ya que fue un decreto del 7/8/1821 el que establecía la fundación de un pueblo o ciudad con su nombre.
El doctor Valentín Alsina, como vecino y ministro de gobierno, hizo mucho en apoyo de las comisiones encargadas de la distribución de solares, y en definitiva de la fundación de Belgrano. Y a tanto llegó en sus esfuerzos que muchos de sus coetáneos dieron en llamar a Belgrano «el pueblo del doctor Alsina». Pero, ¿qué había antes de la fundación por esos lugares?
Don Juan Manuel de Rosas, que dominaba gran parte de lo que posteriormente fue Palermo (también poseía terrenos en Belgrano algunos de los cuales había expropiado), donde tenía una manada de avestruces, y 300 vacas en un campo que según él era originariamente de su mujer, Encarnación de Ezcurra. Esparcidos por la llanura había algunos trabajadores rurales, pero éstos no estaban definitivamente asentados.
Tanto es así que hacia 1834 una capilla que había para ellos en la zona fue abandonada y dejada en ruinas. Ese pequeño templo es el que se remataría el 23 de mayo de 1875 con el objeto de recaudar fondos para la construcción del nuevo templo. Recién en 1848 podemos encontrar en las raíces de Belgrano la primera casa de material
Con el tiempo estas fértiles tierras vieron surgir grandes solares y caserones con quintas. Sin embargo, no había una delimitación certera, y menos aún, un núcleo. A pesar de ello, y dadas las ventajas que presentaba la zona, urgió la necesidad de crear una jurisdicción diferente a la de la lejana San José de Flores. El sitio cercano a las barrancas resultaba ideal, ya que era una parada casi obligada en el Camino Real a San Isidro (y a las provincias del Norte). Por otra parte estaba el camino del «bajo» (por «las cañitas», actual Luis María Campos, y que fuera guarida de malhechores y vagos, que iba hasta el arroyo Vega, al pie de la barranca) y las plantaciones que los circundaban, bordeando el Arroyo Cobo hasta el Río de la Plata
El proyecto aprobado (necesario básicamente por el aspecto parroquial), le daba autonomía de San José de Flores. Eran unas 70 manzanas y todas las calles tenían nombre; la mayoría de ellas aludían a batallas. Sólo perduran dos nombres: 3 de Febrero y 11 de Septiembre. En la esquina de esta última y La Pampa el pueblo tuvo su primera capilla. Estaba dedicada a San Benito y su construcción databa aproximadamente de fines del siglo XVIII
El 1º de enero de 1856 inician sus labores las primeras autoridades comunales de Belgrano. Ese mismo año, considerando el rápido crecimiento del pueblo, el gobierno provincial erigió a Belgrano en Partido Judicial de Campaña, y se aprobó la traza. Además se realizaron en la capilla importantes mejoras, las que fueron inauguradas en el transcurso de una solemne ceremonia a la que asistieron el gobernador interino Pastor Obligado, Alsina y monseñor Aneiros, y en la cual ofició misa fray Olegario Correa, primer capellán de Belgrano. Recién el 20 de abril de 1860 sería creada la Parroquia de Belgrano.
El pueblo crecía en todo aspecto. Obviamente no podía descuidarse lo social. Las tabernas y pulperías eran puntos de reunión desde que existió el camino al norte. Pero hacía falta algo más, y por eso se fundó el Club Social, un 6 de diciembre de 1857. La sede se ubicaba por entonces en Cabildo y Olazábal, hasta que al año siguiente se subastó todo.
En 1858, Belgrano sumaba 1184 habitantes, de los cuales 648 residían en el pueblo. La pequeña capilla pronto resultó insuficiente. La población de Belgrano y sus zonas aledañas iba en constante aumento, y esto motivó que en 1864 el presidente de la Municipalidad local, don Laureano Oliver, dispusiese la construcción de un nuevo templo. Las obras se iniciaron al año siguiente y el 23 de enero se procedió a colocar la piedra fundamental. Trece años más tarde, el 8 de diciembre de 1878, quedó inaugurado el templo en Vuelta de Obligado 2042 (antigua Río Bamba), bajo la advocación de la Inmaculada Concepción. Se la conoce simplemente como «la iglesia redonda», y por su particular característica es única en el país.
Trasladando los límites del partido en 1865 a la actualidad, vemos que Belgrano se extendía desde el Río de la Plata, hasta la avenida General Paz y Constituyentes, Warnes y Scalabrini Ortíz. En 1867 se retraería hasta el arroyo Maldonado.
Sin lugar a dudas, el acontecimiento más importante acaecido en Belgrano tuvo lugar en 1880: a raíz del levantamiento de Tejedor, el pueblo vio afectada notablemente su tranquilidad al convertirse abruptamente en sede del gobierno nacional. La modesta localidad pasó a ser así la capitalprovisoria del país. Las sesiones de las cámaras tuvieron lugar en el edificio de la Municipalidad local, hoy sede del Museo Histórico Sarmiento. Importantes leyes, entre las cuales se destaca la del 20 de septiembre según la cual se federalizaba la ciudad de Buenos Aires, se sancionaron en su recinto. El edificio había sido inaugurado en 1873, y en el cincuentenario de la muerte de Sarmiento el presidente Ortíz crea el museo histórico. Buen parte de la historia de Belgrano está en él.
Belgrano tuvo el honor de poseer la primera escuela con todos los grados, y con la primera graduación mixta de Argentina. La escuela Casto Munita (que fue quien donó la casa) aún se mantiene como tal en la esquina de Cubay Echeverría: es la popularmente conocida «escuela de la plaza». Desde el 2 de abril de 1883 se yergue en el punto neurálgico de Belgrano, y en lo que fuera el centro del naciente poblado. Ahí nomás uno puede toparse con la casa de Larreta, devenida en museo. Los planos originales de la misma son de 1890 (fue refaccionada en 1916). Una singularidad es su jardín andaluz (uno de los pocos en Buenos Aires).
El 28 de septiembre de 1887 la provincia de Buenos Aires cedió a la Nación los partidos de San José de Flores y Belgrano, con lo cual el pueblo pasó a depender de la Municipalidad porteña, transformándose en un nuevo barrio de Buenos Aires.
Uno de los sitios más representativos de Belgrano es la zona de Barrancas. En la actualidad, tres sectores entre las calles Luis María Campos y Juramento, Zavalía, 11 de Septiembre y La Pampa. En 1871 gente del lugar adquirió esos terrenos a la desaparecida Municipalidad de Belgrano para convertirlos en paseos.
Es precisamente en la Barrancas donde tuvo su casa Valentín Alsina, que aún se mantiene, en la esquina de 11 de Septiembre y Echeverría. En diciembre de 1880 se hospedó allí el por entonces duque de York y príncipe de Gales (posteriormente, Jorge V de Inglaterra).
Belgrano se vería favorecido también por el paso de los ferrocarriles. Las estaciones del Ferrocarril Central Argentino y del Ferrocarril Buenos Aires – Rosario darían lugar a barrios dentro del incipiente pueblo, y con el tiempo perdura entre los vecinos la referencia a la estación cercana: Belgrano C y Belgrano R. A su vez, en tornoa la calle 25 de Mayo (actual Cabildo) ya se estaba gestando un centro comercial. La calle era una de las principales vías de acceso a los pueblos del norte de la provincia, y estaba a una distancia media entre ambas estaciones. La estación Belgrano C data del 1862. Luego sería construida nuevamente en 1878. Hasta allí llegaba el río. La vista desde las barrancas era imponente y pacífica. El terraplén fue en un principio un obstáculo en el horizonte. Luego se iría rellenando para ganarle terreno al río, al estilo de los polders holandeses. Esos terruños irían siendo ocupados con el transcurso de los años, y lo que en una época fuera una ribera donde solía bañarse la gente poco a poco cedió su paso a pajonales y a pobladores que agrandarían el radiode Belgrano. En el sector entre la actual avenida del Libertador y la actual zona costera, conocido como barrio River, por la ubicación del club homónimo, funcionó entre 1887 y 1913 el Hipódromo Nacional (de ahí en parte su similitud a una herradura).
Ya Belgrano se perfilaba como un barrio activo y próspero, con varios caserones imponentes entre bellos jardines. Sus arboladas y sosegadas callecitas invitaban al paseo, distando bastante de las ya ajetreadas calles de la porteña Buenos Aires. En un recoveco de Belgrano R se podía encontrar un gran caserón que hoy se mantiene. En él un grupo de vecinos, con vinculación mayoritaria entre ingleses, dieron origen en 1896 al Belgrano Athletic Club. La Evolución Social de la Población y Los Cambios de Construcción
En el comienzo de la creación del pueblo, desde Av. Cabildo hasta Crámer y de La Pampa a Monroe, las viviendas eran más pequeñas y los lotes mas chicos , pues eran lote de 10 varas (8,66 mts). De Av. Cabildo hasta Barrancas y de La Pampa a Monroe, los lotes eran más grandes, porque ya habían establecido viviendas y se respetaron los terrenos preexistentes.
Como consecuencia, los alrededores del rectángulo mencionado eran mucho más importante en medidas porque estaban las quintas.
Hacia el 1900, hubo una gran invasión de gente que buscaba tranquilidad, por entonces, el barrio de mayor categoría era barrio Norte, y ya empezaba a ponerse bullicioso, entonces los pobladores mas ricos, se trasladaron a Belgrano, porque podían disfrutar de paz, espacios verdes y una magnífica vista al río, el que llegaba hasta donde hoy está el terraplén de la estación «Belgrano C» de la línea Mitre del ferrocarril. El tipo de edificaciones era alargada, con galerías, de las que hoy subsisten muy pocas.
Por aquel entonces, los pobladores de la zona eran mayormente extranjeros, ingleses que trabajaban en el ferrocarril, (en la línea que pasa por «Belgrano R»), y más tarde migraron hacia San Isidro. A medida que el tiempo transcurría, nuevos bloques migracionales se fueron sucediendo, debido sobre todo a los créditos bancarios.
Los grandes quintones de majestuosas casas coloniales y las posteriores edificaciones de terrenos mas pequeños, pero que conformaban caserones y palacetes, comenzaron a sufrir la desgracia de lindar con nuevas construcciones, en torre de varios pisos, que les quitaban aire, y luz, y que además rompían la armonía del conjunto.
De ésta manera, sus dueños se vieron casi forzados a trasladarse a otras zonas hacia el norte, (San Isidro, Beccar), y al venderse las casonas, fueron demolidas para dar lugar a nuevos edificios. Es aquí donde los créditos repercuten en la población, que elige a Belgrano por su belleza paisajística, sus verdes jardines que aún subsistían, y la relativa cercanía con el microcentro. El Belgrano de los lotes chicos comienza a morir, y el de los lotes grandes muere más lento.
En la década del ‘40 compran en gran medida, la colectividad israelita, edificios de departamentos de gran categoría, para trasladarse nuevamente a mediados de la década de los ’50. En ésta oportunidad, la gran masa compradora corresponde al período militar. Muchos edificios son construidos en la zona por las Fuerzas Armadas.
Los departamentos vendidos por sus antiguos ocupantes, si bien siguen siendo de categoría, ya tienen una cierta edad, y son adquiridos mayormente por altos cargos militares y por una clase media acomodada.
Esta transformación ocurre hasta fines de los ’70, en que principia el fin del Belgrano antiguo.
Historias y Tradiciones de los barrios porteños – https://archivo.infojardin.com/tema/historias-y-tradiciones.120889/page-54
- Cabildo entre Juramento y Echeverria. Comercio «El baratillo de Belgrano» y otros. Año 1900.
- Esquina NO de Pampa y Cabildo. Vestigios de la pulpería La Blanqueada. A la derecha torre de la quinta de Alejandro Caride. Año 1910.
- Cabildo y Juramento. Año 1880. En la esquina de Juramento un tranvía parado para que descienda una señora.
- Luis María Campos y Echeverría. Un sector de las Barrancas vistas desde la estación. Año 1890
- Farmacia de Hansen, Juramento y Cabildo esquina SO. Año 1900
Farmacia Hansen
en Cabildo y Juramento (antes de 1915).
Una esquina con más de 135 años de actividad comercial.
En 1872 estaba acá, en 25 de Mayo y Lavalle (Cabildo y Juramento), la Confitería del Aguila, que tenía por dueño al señor Canale, en pleno corazón del entonces pueblo y después barrio.
Sucesivamente, pasó a manos de Avelino Quevedo, Manuel Vila y Pedro Valmaggia (en 1895).
Dos años después, con el nombre de Confitería Belgrano, fueron sus propietarios asociados Cabrini y Valmaggia, para pasar a manos de A. Castilla y Cia., hasta dar por terminada su primera etapa y ceder el espacio a la FARMACIA HANSEN.
En 1915 volvió a lo primero con la denominación de Confitería Bazzi, para después llamarse Modern Saloon, en Cabildo 2088 /2100. Sobre esta calle funcionaba la confitería propiamente dicha, con mucho de patisserie, y por Juramento, el salón con mesas de tapa de mármol verde con vetas marrones y sillas tapizadas con cuero verde oscuro.
Por mucho tiempo logró reunir a la clientela más distinguida del barrio y a la hora del té solía contar con la presencia de una orquesta o de un pianista, como el vecino René Cóspito.
Tras ser demolida se edificó allí la Galería Juramento.
Luego fue Tower Records, la radio X4 y actualmente Stock Center.
- Cabildo y Mendoza a principios de siglo.
- Esquina NO de Juramento y Vuelta de Obligado. Casa del Dr. Hugo Sinistri, donde en presidente Avellaneda instaló su despacho en 1880.
- Edificio de la Municipalidad de Belgrano en 1875.
- Calle Cabildo. Año 1855
- Calle Arcos y Echeverría, Belgrano. Año 1916
- Barrancas de Belgrano. Año 1900
- El último farol de la Ciudad de Buenos Aires
- Castillo de los Leones, Barrancas.
Buenos Aires Historia. Un proyecto realizado por la Asociación Civil Rumbo Sur, con la colaboración de la Junta Central de Estudios Históricos de la Ciudad de Buenos Aires)
https://buenosaireshistoria.org/barrios/belgrano/
https://buenosaireshistoria.org/juntas/barrio-de-belgrano-de-la-pulperia-al-cafe/
El Bajo Belgrano como borde urbano: una historia de rellenos y basurales, Daniel Schávelzon
Belgrano fue el proyecto para un nuevo pueblo cerca de Buenos Aires durante la Confederación. Postulamos que entre sus condiciones estuvieron que diera cabida a la creciente población acomodada y que pudiera resolver el nuevo problema de la basura urbana. Cuando se suspendieron los pozos domiciliarios y se pasó a la moderna recolección sistemática, la basura, junto con el escombro, se usaron para rellenar terrenos bajos, delimitar la ciudad hacia el río y resolver casi sin costo lo que se veía surgir como problema: el crecimiento de una clase con necesidades de arquitecturas específicas (las casas del centro de Buenos Aires estaban estructuradas para tener esclavos o servidumbre) y la fuerte generación de basura por la nueva sociedad de consumo. El pueblo fue creado donde había una zona alta y otra baja contigua, una destinada a la población de altos ingresos y otra a la de bajos ingresos, que sería rellenada con lo descartado. Esa parte baja fue más tarde soslayada en las crónicas e historias locales, porque terminó generando problemas sociales, inundaciones e insalubridad.
Palabras clave: Belgrano; rellenos urbanos; basura; descarte; periferia.
. Al fondo a la izquierda, el antiguo Hotel Watson. Año 1944